_
_
_
_

Sin cobertura de taxis

El congreso de móviles arranca con colas y largas esperas para desplazarse

Lluís Pellicer

Las largas esperas para acceder y salir del recinto de Montjuïc marcaron el arranque del Congreso Mundial de Móviles. Los participantes de la feria de mayor calado que se celebra en Barcelona, más de la mitad de los cuales son altos ejecutivos, primero se las vieron para poder subirse a un taxi. Y luego, para entrar en el recinto.

La plaza de Espanya, la Gran Via y las calles paralelas estaban atestadas. Cuando ya parecía estar zanjada, ayer resurgió la polémica falta de taxis de la ciudad. Hallarlos en el centro era complicado, sobre todo por la mañana. Y a la salida del recinto, las colas eran larguísimas. Para más inri, el Sindicato del Taxi, quejoso por la liberalización horaria de esta semana, ayer denunció que varios conserjes de los hoteles les reclaman comisiones de hasta ocho euros para captar a sus clientes. El sindicato había insistido en que había taxis de sobras para cubrir el congreso, por lo que instó a librar a los conductores a los que no les tocaba trabajar. A la hora de la verdad, se repitieron las colas en las salidas de Montjuïc.

J. Lukovic, gerente de una proveedora de software para móviles, tuvo que aguardar más de 30 minutos en la entrada del recinto ferial de Montjuïc. Decía ir con el tiempo bastante justo. "Puedo retrasar la primera reunión, pero me hará ir mal durante todo el día", se quejó. No mucho mejor lo llevaba un periodista francés que hizo la cola de prensa. Lo atendieron tras 55 minutos de espera.

La organización puso todo su empeño en la seguridad. El recinto de Montjuïc estaba prácticamente acorazado. Se notó en los controles de acceso y en la frecuencia con la que agentes de seguridad paseaban con perros por el recinto. Y en las entradas del metro, donde un trabajador aconsejaba a los congresistas que se descolgaran la acreditación y guardaran bien sus pertenencias. "Es que hay mucho carterista suelto", advertía. Cerca del metro, abundaron los avispados: desde restaurantes y discotecas que repartían publicidad hasta algunos que se dedicaban a revender las caras entradas del congreso.

El interior era, sin embargo, un enorme bazar. Estaba a rebosar de móviles con todo tipo de prestaciones: correo electrónico, boletín de noticias, descarga de música, mapas, sistemas de localización... Hasta llegar al smartphone, que se considera el aparato más inteligente de todos. Es un universo ininteligible de siglas que los profesionales del sector explican con más siglas. Y éstas, a su vez, con otras. Casi inaccesible para profanos en el mundo de la telefonía.

Sin embargo, el congreso también tiene su parte de color. La pone el pabellón número 7, donde las empresas ofrecen software para jugar en un casino en línea, multitud de formas de descargarse canciones, animaciones japonesas, imágenes eróticas y hasta películas de Bollywood.

Más información en páginas 28 y 57

Cola para acceder al Congreso Mundial de Móviles, ayer en Barcelona.
Cola para acceder al Congreso Mundial de Móviles, ayer en Barcelona.CARLES RIBAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_