El riesgo de los precios

La economía uruguaya mantiene una senda de crecimiento saludable gracias a las buenas condiciones de la economía internacional y una efectiva reestructuración del gasto, la eficiencia pública y la estructura impositiva. No obstante, esta alza del producto interior bruto (PIB) -que se mantiene por cuarto año consecutivo- ha venido acompañada de un constante aumento de los precios que sólo el año pasado cerraron en el 8,5%, casi el doble de las cifras registradas hace dos años y más de dos puntos sobre el año 2006.

Estos datos preocupan porque la meta del Gobierno para 2007 era cerrar en un rango del 4,5% y del 6,5%. Este inesperado crecimiento se ha producido por el alza del precio internacional de los bienes exportables y de las hortalizas y frutas, lo que sumado al elevado coste del petróleo ha constituido una ecuación de difícil solución para las autoridades. Uruguay es un país pequeño con una producción limitada que debe recurrir al mercado exterior para satisfacer gran parte de su demanda, por lo que cualquier movimiento en la economía internacional le perjudica directamente.

Uruguay creció un 7,5% en 2007, consolidando una trayectoria ascendente desde que en 2002 estallara la crisis por el contagio de Argentina

El Ejecutivo logró que en noviembre y diciembre, con subvenciones al transporte, la inflación fuese negativa tras varios meses de descontrol

El FMI también ha advertido que buena parte de este crecimiento de los precios -el más alto en cuatro años- también se debe a un aumento en la entrada de capitales. Los datos de UNCTAD sobre Inversión Extranjera Directa (IED) indican que, en los dos últimos años, los flujos de inversión hacia Uruguay han rondado el 40%. Para aislar el efecto de la inflación, el organismo internacional sugiere una nueva ley de competencia, reducir los impedimentos burocráticos a la inversión, habilitar una oficina de inversión privada y clarificar los objetivos de la política monetaria.

En este último apartado, Uruguay ha intentado preservar los precios implantando un régimen de fijación de la tasa de interés interbancaria a corto plazo. En un comienzo, el Banco Central fijó esta tasa en el 5%, hasta llegar al 7,25% en noviembre. Por otro lado, se ha apostado por aplicar instrumentos fiscales que afecten directamente a la población. De esta manera, se ha creado un fondo para subsidiar el precio del transporte colectivo, el mantenimiento del precio de los combustibles y la rebaja de los precios de los servicios públicos, incluyendo los de salud.

Después de estas medidas de emergencia, el Ejecutivo logró que en noviembre y diciembre la inflación fuese negativa controlando un indicador que a mediados de año crecía peligrosamente. De momento, los precios al consumidor subieron un 0,78% en enero, un buen dato si se compara con el 1,77% registrado este mismo mes de 2007.

Sorpresa y satisfacción

Una cifra que también fue tomada con sorpresa y satisfacción en círculos financieros y económicos que pronosticaron un alza del 1,44%, según un sondeo publicado recientemente por el Banco Central local.

Para 2008, las autoridades esperan que la inflación se sitúe entre un 3% y un 7%.

Las autoridades y los expertos señalan que si se logra controlar la inflación en rangos inferiores a los de este año, el crecimiento del país no debería verse afectado.

El año 2007, la economía uruguaya creció un 7,5%, consolidando una trayectoria ascendente desde que en 2002 estallara la crisis económica arrastrados por Argentina. Para este año no se prevén grandes efectos por la posible recesión de Estados Unidos y sus hipotecas subprime, lo que debería conducir al país a una leve desaceleración que en ningún caso les haría caer por debajo del 5% de crecimiento.