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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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El año de la rata

Los chinos acaban de celebrar su fiesta de Año Nuevo. Dice el horóscopo que este año de la rata será de abundancia, de oportunidades y buenas perspectivas, eso sí, marcado por la especulación y las fluctuaciones en los precios de las materias primas y de las acciones. Esto último parece seguro y también lo primero si nos referimos a China, aunque si pensamos en clave occidental, me temo que el año no va a ser precisamente de abundancia y de buenas perspectivas. Sin ir más lejos, ahí tenemos la información que hemos conocido esta semana para España, recogida en los gráficos adjuntos con una visión temporal más amplia que nos permite ver las tendencias, que es lo que importa.

El paro registrado en el Inem aumentó en enero en 132.378 personas y la media diaria de afiliados a la Seguridad Social descendió en 211.877. También en enero, el indicador de confianza de los consumidores que elabora el ICO volvió a bajar por noveno mes consecutivo, mientras que la producción industrial, en este caso de diciembre, registraba una caída interanual del 2%, tras otra caída del 1% en noviembre. Realmente son datos preocupantes, que nos hablan de una pérdida de fuerza de nuestra economía a un ritmo superior al que estábamos previendo.

"Un aumento del paro no es equivalente a una destrucción de puestos de trabajo"

En todo caso, para valorar adecuadamente algunos de estos datos y quedarnos con la información relevante de los mismos, hay que tener presente la estacionalidad, algo que los analistas de la coyuntura no dejamos de recordar. En enero, incluso en los mejores años, siempre aumenta el paro registrado y siempre descienden los afiliados. Eliminando este factor espurio, la estacionalidad, nos queda un aumento tendencial del paro de 66.400 personas y una disminución de los afiliados de 35.600. Las cifras, por tanto, son muy diferentes, aunque no nos dejan tranquilos, siguen siendo preocupantes, especialmente la disminución de la afiliación a la Seguridad Social, que es un indicador muy bueno de la evolución del empleo y, por tanto, del crecimiento de la economía. Digamos que la estacionalidad desfavorable ha agrandado la magnitud del problema, pero las tendencias de fondo siguen siendo malas.

Hasta ahora veníamos observando que los aumentos del paro se producían, no porque se estuviera destruyendo empleo en términos netos, sino porque el empleo que se seguía creando no era ya suficiente para absorber el aumento de la oferta de trabajo, que, debido a la afluencia de inmigrantes y a la tendencial incorporación de la mujer al mercado laboral, crece a un ritmo muy elevado. Por eso, durante 2007 se estuvo dando la paradoja de que, a pesar de que en España se creaba mucho más empleo, en términos relativos, que en el resto de la zona euro, allí estaba descendiendo el paro y aquí aumentaba. Un aumento del paro no es equivalente a una destrucción de puestos de trabajo, como dicen constantemente los medios de comunicación y casi todos los políticos. Pero, la sorpresa de los datos de enero es que ya no aumenta el empleo, al menos el número de afiliados a la Seguridad Social. Para los que no pierden tan fácilmente la moral aún queda una esperanza: la afiliación, corregida de estacionalidad, venía aumentando durante los dos últimos trimestres a tasas anualizadas superiores al 2%. Por eso, el dato de enero es atípico, y los analistas, cuando nos encontramos con datos atípicos, antes de extraer conclusiones precipitadas, los dejamos en cuarentena hasta más ver. Esperemos, eso, que el dato sea un atípico.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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