Los cuadernos de El Solitario
La Guardia Civil está convencida de que los gráficos manuscritos hallados en poder de Giménez Arbe prueban que asesinó a dos guardias civiles en Castejón (Navarra)
Jaime Giménez Arbe, más conocido como El Solitario, se burló durante más de 13 años de la policía: desvalijó 36 bancos -es muy probable que sean más- con total impunidad. Empleó muchas horas en planificar milimétricamente sus golpes, como dejan traslucir los cuadernos en los que marcaba las coordenadas de cada camino, cada curva, cada rotonda, cada señal de tráfico, cada cuartel de la Guardia Civil... Apenas cometió errores. Pero esos cuadernos pueden ser ahora su perdición. Él sostiene que "la policía especula" con tales anotaciones, que eran simples rutas de un aficionado a recorrer los caminos de España.
La Guardia Civil no alberga la menor duda de que El Solitario fue el autor del doble asesinato cometido el 9 de junio de 2004 en Castejón (Navarra), así como de todos los atracos que se le imputan. ¿Y las pruebas? Los cuadernos del propio delincuente. Y además de eso, ahí está la declaración de varios testigos que le avistaron mientras huía en un Suzuki por los alrededores de Castejón.
El supuesto homicida fue avistado por varias personas en la zona del doble crimen cuando intentaba eludir el cerco
El famoso atracador de bancos ingresó en sus cuentas 102.085 euros, mientras que sacó de ellas 122.176
Sólo estuvo dado de alta en la Seguridad Social 13 días como empleado de Belair, una empresa de aire acondicionado
El Solitario era, más que metódico y ordenado, puntilloso. Cada nuevo atraco le suponía muchas horas de trabajo de campo. No es extraño que se enfadara -y reaccionase airadamente- cuando, después de tanta planificación, resultaba que el botín era tan exiguo que no compensaba su esfuerzo. Eso le sucedió el 20 de abril de 2006 en Sarria (Lugo), en donde, fuera de sí, hirió de un tiro a un empleado por tener únicamente 830 euros, y en Toro (Zamora), donde hizo lo mismo con el cajero Luis Alonso Medina, de 53 años.
El 9 de junio de 2004, los guardias civiles Juan Antonio Palmero, de 29 años, y José Antonio Vidal, de 31, que estaban escoltando un convoy pesado, murieron acribillados por una ráfaga de metralleta. Un hombre abrió fuego contra ellos mientras conducía un Suzuki al que habían dado el alto al saltarse un stop. La Sección de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) señala en un informe remitido al juez de Tudela, Óscar Ortega Sebastián, que ese individuo era El Solitario y que estaba ultimando un nuevo golpe. "Se vio sorprendido, y al llevar las armas encima no tuvo la más mínima duda en disparar y asesinar a los guardias civiles", dicen los autores del informe.
Giménez Arbe, detenido el pasado 23 de julio cuando iba a asaltar la Caixa de Crédito Agrícola de Figueira da Foz, cerca de Coimbra (Portugal), niega por activa y por pasiva su implicación en el asunto de Castejón. Dice que es incapaz de matar y que jamás habría disparado con tanta saña, pese a que admite que tiene tal puntería que puede acertar a una manzana a 25 metros. Según él, eso fue obra de un corso, un tal Paul, del que no puede dar más detalles por temor a represalias. Y dice que le gustaría hablar con las familias de Vidal y Palomero para convencerles de que están acusando a la persona equivocada (a él).
En su trayectoria criminal -equipado con chaleco antibalas, barba y perilla postizos- obtuvo un botín de 690.799,35 euros. Desde 1993, y durante casi tres lustros, El Solitario campó a sus anchas por toda España, y sólo fue declarado enemigo público número uno cuando supuestamente mató a los guardias de Castejón.
Muchos de los atracos que se le imputan ya han prescrito. Probablemente no podrá ser juzgado por ellos. Pero eso es lo de menos. Lo de más es el doble homicidio, que él, como es lógico, niega. Aunque era muy escrupuloso en su trabajo, hizo algo que puede llevarle a la ruina: conservó los cuadernos, tipo cuartilla, en los que iba anotando, paso a paso, la ruta a seguir. Días antes recorría la zona y, mediante un aparato GPS, marcaba las coordenadas de todos y cada uno de los puntos geográficos que le interesaban. Sin embargo, Giménez Arbe sostiene que hacía los croquis porque le gustaba recorrer los caminos menos trillados.
Al ser detenido, la policía y la Guardia Civil hallaron en su casa de la calle del Galeno, en Las Rozas (Madrid), los manuscritos en los que planificó las rutas de huida para los atracos de Villalba, Tres Cantos, Sarria, San Agustín de Guadalix, Pozoblanco, L'Alcudia, Calasparra, Ávila y Toro.
Los preparativos del palo que planeaba en la zona de Castejón (Navarra) están reflejados en un cuadernito en cuya portada hay un grabado del personaje de dibujos animados del Demonio de Tasmania, un marsupial carnívoro australiano, con dentadura de acero, que habitualmente caza en solitario. Como Jaime Giménez Arbe.
Minucioso hasta el paroxismo, el famoso delincuente estableció, según la Guardia Civil, una "ruta 1 general de escape", que se inicia en Mélida (Navarra) y concluye en los alrededores de Torrelaguna (Madrid); una "ruta 2", que parte de Milagro (Navarra) y finaliza en Ainzón (Zaragoza), donde empalma con la ruta 1 y continúa por la misma, y una "ruta 3", que arranca en Alfaro (La Rioja) y llega hasta el kilómetro 21 de la carretera NA-122, marcado con coordenadas "GPS Punto Road", donde enlaza con la ruta 1. También contempla otra alternativa para esta última ruta: comienza en Zuera (Zaragoza) y finaliza en Ainzón (Zaragoza), donde conecta con la "ruta general 1 de escape".
El Solitario hace constar advertencias como "¡Ojo for pikes!" (para indicar que en ese punto suele haber guardias civiles) o "Pikes headquarter" (si hay un cuartel). O bien si existe una línea de ferrocarril o un cartel de "No arrojar colillas. Peligro de incendio".
"El 9 de junio de 2004, Jaime Giménez Arbe no esperaba que una patrulla de Tráfico le fuera a identificar. Al verse sorprendido, y al llevar encima las armas, no tuvo la más mínima duda en disparar y asesinar a los guardias civiles, evitando así ser descubierto como autor de los diferentes robos y otros ilícitos por él cometidos, y poniendo fin a sus actividades delictivas", explica el informe realizado para el juez de Tudela. "Como dicha acción", prosigue el estudio, "varió todo lo planeado hasta el momento por él, tuvo que buscar la vía de huida más rápida y planeada que tuviera en esos momentos. Por ello, en la conducta que siguió desde entonces, no guarda total identidad con el estudio y detalle de las rutas que había proyectado en dicha zona, dado que hubo controles, avistamientos, etcétera".
"Al ser sorprendido por la patrulla de Tráfico, poco antes de las 18.00 horas del 9 de junio de 2004, se encontraría realizando estudios del terreno. Lo que está claro es que no venía de cometer ningún hecho delictivo y, por lo tanto, no tenía que encontrarse siguiendo ninguna ruta prefijada de huida", agregan los analistas.
La Guardia Civil deduce que Giménez Arbe, nada más matar a los dos agentes, continuó su marcha por las carreteras N-113 y N-121 y que luego cogió un camino que se adentra en las Bardenas Reales. "Dicho camino figura en la ruta 2, elaborada por El Solitario, y llega hasta las proximidades del embalse de El Ferial, donde fue avistado por un testigo". Eligió esa ruta por ser la más próxima al lugar del incidente.
Después de rebasar el embalse de El Ferial, el atracador prosiguió la fuga por la misma ruta 2, o bien por la que él denomina ruta general de escape, que en algunos tramos se solapan. En algún paraje recóndito se bajó y cambió las placas de matrícula de Logroño por otras de Zaragoza.
En el cruce de las carreteras NA-126 y NA-5211 fue avistado por los integrantes de un control de la Guardia Civil, pero el fugitivo logró esquivarlos. Poco más tarde fue avistado por otra persona en un camino próximo a la ruta de escape general, en dirección a Ágreda (Soria).
El informe de los especialistas de la Unidad Central Operativa es rotundo: "Queda claro que Jaime Giménez Arbe era la persona que conducía el 9 de junio de 2004 el vehículo Suzuki Santana o Suzuki Samurai SJ-410, de color azul verdoso, por los lugares señalados, tal como figuran en las anotaciones manuscritas por él".
Otro hecho que relaciona a El Solitario con el crimen de Castejón es el arma utilizada: una metralleta M-A1, del calibre 45, modificada artesanalmente, que le fue intervenida al ser capturado en Portugal. Este mismo subfusil fue usado en el atraco de La Val d'Uixó (Castellón) el 10 de mayo de 2000, en el que resultó muerto el cabo de la policía local Manuel Ferrandis por un tiro disparado por uno de sus compañeros, según han dictaminado los tribunales.
El análisis de todos los cuadernos ha sido remitido al Juzgado de Instrucción 22 de Madrid, que fue el que autorizó el seguimiento de Giménez Arbe unas semanas antes de su detención, a la vez que ha sido enviado el estudio pormenorizado del plan de huida de cada atraco a los juzgados que tramitan cada uno de esos robos.
La última vez que El Solitario actuó con otro individuo fue en el asalto a un banco perpetrado el 18 de mayo de 1993. A partir de ahí prefirió no tener ningún socio, "al objeto de no poder ser delatado por nadie y así dificultar su localización y detención". Y añaden: "Es una persona independiente, antisocial y sin ningún vínculo con nadie de su entorno, excepto con uno de sus hijos".
Entre 1999 y 2007 gastó aparentemente más de lo que ganó. Sus cuentas bancarias reflejan que ingresó en ellas 102.085 euros, mientras que sacó de ellas 122.176 euros. ¿Era un manirroto? ¿Cómo se explica este descubierto financiero? Los analistas de la UCO lo explican así: parte de los pagos los hizo a través de cuentas de su familia, en las que él estaba autorizado, y otros gastos los sufragó en crudo (con dinero contante y sonante). Tal es el caso de los 6.310 euros que transfirió a su novia, la brasileña Iris Roberta Martins, a través de la empresa Western Union entre julio de 2006 y julio de 2007.
Giménez Arbe disponía de una cuenta en Ibercaja, otra en La Caixa, dos en el Banco Santander Central Hispano y otras dos en Barclays Bank. "Hay una serie de ingresos bancarios que llaman especialmente la atención, debido a que son posteriores a la realización de varios robos a entidades bancarias, algunos de ellos dos o tres días después de cometer el robo", según los analistas. Curiosa paradoja: El Solitario saqueaba bancos porque odiaba a los banqueros... pero guardaba sus ahorros en los bancos.
Sólo estuvo dado de alta en la Seguridad Social 13 días en el año 2000 como empleado de Belair, una empresa madrileña de aparatos de aire acondicionado. -
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