El BCE abre la puerta a un recorte de tipos por el riesgo de crisis
"La incertidumbre sobre el crecimiento es inusualmente alta", según Trichet - El banco central mantiene el interés de referencia en el 4% un mes más
La decisión estaba cantada y el Banco Central Europeo (BCE) se atuvo ayer a la partitura. Pero, tras el consabido anuncio de que los tipos de interés para la zona euro se mantendrán un mes más en el 4%, los comentarios del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, trajeron aire fresco. No faltaron sus habituales referencias a la inflación pero destacó también que "la incertidumbre sobre las perspectivas para el crecimiento económico es inusualmente alta". Unas palabras que los conocedores del lenguaje de Trichet tradujeron como que al banco central le preocupa que la desaceleración en la zona euro se acentúe y que ese temor puede llevar a una próxima rebaja de tipos.
Las dificultades financieras que se experimentan en los países avanzados desde el estallido en agosto de la crisis de las hipotecas basura han incrementado las posibilidades de una recesión en EE UU. Y han llevado a revisar a la baja las previsiones sobre la economía europea.
En la conferencia de prensa posterior al consejo de gobierno del BCE, hubo más alusiones a este nuevo y más sombrío escenario. Trichet afirmó que, aunque "los fundamentos de la economía europea se mantienen sanos", hay "claros riesgos a la baja" para el crecimiento. Y reconoció que la ralentización de EE UU "probablemente tendrá un impacto" en la zona euro.
Trichet aclaró que ninguno de los gobernadores del consejo pidió en la reunión un cambio en los tipos, que permanecen estables desde junio. Un comportamiento opuesto al de la Reserva Federal: desde agosto, el banco central estadounidense ha recortado cinco veces los tipos de referencia para el dólar, que han pasado del 5,25% al 3%, en un intento de reactivar la economía.
"Todas estas referencias dan a entender que el BCE prepara el camino para rebajar los tipos", concluye Pablo Guijarro, de Analistas Financieros. La impresión de que se cuece una bajada de tipos se fortaleció con la alusión de Trichet a las "muy pocas veces" que las decisiones del BCE "han provocado sorpresas".
Analistas y augures económicos llevan meses reclamando un viraje en el rumbo solitario que sigue el BCE entre los bancos centrales del mundo. La cuestión es cuándo alcanzarán sus directivos un consenso para el cambio, mientras arrecian los reveses bursátiles y financieros.
Expertos de varias entidades bancarias consultados por Bloomberg coincidieron en interpretar que las palabras de Trichet abren la senda de una próxima rebaja de tipos, que sería la primera en cinco años. Las divergencias llegaban al aventurar cuándo se hará el primer recorte (abril o mayo) y hasta dónde llegará (entre el 3,5% y el 3% a finales de año).
Los expertos ven difícil algún movimiento antes de que el BCE confirme en marzo que la presión sobre los precios empieza a remitir, como vaticinan los Gobiernos europeos. La inflación de la zona euro alcanzó su mayor incremento anual, un 3,2%, desde la introducción del euro. Y esa circunstancia volvió a estar presente en el discurso de Trichet, quien subrayó que los últimos datos del IPC confirman "las fuertes presiones sobre los precios a corto plazo", por el encarecimiento del petróleo y los alimentos.
Apuntó Trichet que la inflación se mantendrá los próximos meses por encima del 2% que el BCE considera ideal, para "moderarse gradualmente a finales del año". Y, aunque aguada por las advertencias de desaceleración económica, no faltó ayer la letanía de aviso a los sindicatos respecto a los convenios salariales. También previno el presidente del BCE contra las subidas de impuestos indirectos.
El diferente proceder del BCE y la Reserva Federal ha llamado la atención de los expertos. Y hay críticas para ambas posiciones. Mientras unos censuran al banco central del euro su lenta reacción ante las señales cada vez más brillantes de un frenazo económico, otros afean al banco del dólar lo exagerado y brusco de los recortes, y que sus decisiones vayan al rebufo de los cambios bursátiles. A medio camino está el Banco de Inglaterra, que ayer anunció el segundo recorte del 0,25% desde el verano. El tipo de referencia para la libra queda en el 5,25%.
La decisión del banco central británico no sirvió para reanimar la Bolsa londinense. Pesaron más algunas (malas) noticias de la economía real, como el segundo mes consecutivo de retroceso en la producción industrial británica o los pobres resultados de compañías de ventas minoristas para que la Bolsa de Londres fuera la que más perdiera (un 2,6%) entre las plazas europeas.
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