Partida a cuatro

Las primarias de EE UU se van aclarando rápidamente, pero quizás no tanto para que este próximo supermartes -en que votan 22 Estados, entre ellos el más poblado, California, y Nueva York- sea la cita decisiva para saber qué dos contendientes se enfrentarán el 4 de noviembre. La victoria de John McCain en Florida le ha catapultado. El senador republicano, ex prisionero de guerra en Vietnam, ha demostrado así que el dinero no lo es todo en esta contienda. Sólo le queda como serio rival el empresario de éxito y mormón Mitt Romney. El pastor evangélico Mike Huckabee debería retirarse si, como se espera, se hunde este martes. Y puede dominar la impresión entre los republicanos de que John McCain es realmente el único capaz de ganarle en noviembre tanto a Hillary Clinton como a Obama, según indican algunas encuestas.

En el campo demócrata la retirada de John Edwards deja la pelea en un pulso directo entre Hillary Clinton y Barack Obama. Independientemente de que se pronuncie por uno o por otro -y hacerlo tendrá su importancia-, el papel de Edwards ha sido relevante en esta campaña al tirar del debate entre los demócratas hacia la izquierda, tanto en política interna como exterior.

Obama-Clinton es un duelo apasionante, cuyo tono ha cambiado algo hacia lo positivo. El candidato que quiera ser designado por la convención en Colorado en agosto debe sumar más de 2.025 delegados entre los de oficio (por el cargo) y los designados en los caucuses y las primarias. El supermartes están en juego 2.075 delegados. No es seguro que su reparto zanje la carrera. En los últimos días, Obama ha barrido en Carolina del Sur, pero casi inadvertida ha pasado la victoria de Clinton en Florida (y en Michigan), pues no cuenta -aunque la aspirante ya ha empezado a sugerir lo contrario- al haber descalificado la cita por demasiado temprana el propio partido demócrata. Es probable que la carrera se alargue a los meses de marzo y de abril, en que quedan algunos Estados importantes por dirimir, como Tejas y Pensilvania.

Pero ahora, en esta partida a cuatro que se puede quedar en tres después del martes, los candidatos han de afinar sus discursos, pensando no sólo en ganar las primarias, sino en lo que seguirá.