Rajoy promete ante Sarkozy y Merkel devolver España a su lugar en Europa
El presidente francés vuelve a criticar las regularizaciones masivas de inmigrantes
Después de dos semanas de dura crisis interna, Mariano Rajoy respiró ayer tranquilo tras recibir un gran empujón internacional a su campaña electoral. El líder del PP fue a París a buscar una foto clave, y la logró: la del apoyo del presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, presentes junto al español en un acto de la UMP, el partido que lidera Sarkozy. Los dos principales dirigentes de la derecha europea desearon "de corazón" a su "amigo Mariano" que logre con un "gran éxito" derrotar a José Luis Rodríguez Zapatero el 9 de marzo.
Aunque previsible -el PP es un partido hermano del francés UMP y la alemana CDU-, el apoyo es especialmente significativo porque llega un día después de que España quedara excluida de la cumbre en Londres entre Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, en la que los cuatro grandes reclamaron transparencia a las instituciones financieras. El líder del PP aprovechó para lanzar ante un público francés un mitin de claro contenido interno, pedir el voto a los 160.000 españoles que viven en Francia y concluir que con él España volverá "al lugar que le corresponde en Europa, porque como decía De Gaulle, Europa sin España carece de profundidad".
Un Rajoy timorato, que, como Zapatero, apenas habla idiomas y por tanto se ve incómodo en las citas internacionales, se acercó finalmente, con ayuda del ex primer ministro Jean Pierre Raffarin, que casi tuvo que empujarle ante su timidez, a Sarkozy y Merkel para unir sus manos y garantizar la foto que necesitaba. El líder del PP habló antes que sus colegas. A diferencia de ellos, mucho más aplaudidos, leyó prácticamente todo su discurso, centrado en la necesidad de mantener los valores europeos "frente al relativismo de algunos", una crítica que ya hizo Joseph Ratzinger precisamente antes de ser nombrado Papa.
Rajoy aseguró que él quiere ganar las elecciones en España para "poder opinar en Europa sobre inmigración y economía". El líder del PP reclamó una política común de inmigración en la UE, y Sarkozy recogió el guante y atacó con dureza las regularizaciones masivas en España, aunque sin citarlas expresamente. Hace sólo 20 días, el francés recibió a Zapatero en París y ambos dieron por resuelto el conflicto que generó la decisión del español de regularizar a 700.000 inmigrantes sin pedir permiso a sus socios de la UE. Sin embargo, ayer, con Rajoy delante, Sarkozy volvió a la carga.
"Tenemos que hacer una política de inmigración común. Si no hay fronteras, no puede haber regularizaciones masivas sin consultar a los socios. Lo digo como lo pienso. Tenemos que hacer un pacto por el que se prohíba expresamente hacer regularizaciones masivas sin permiso. Yo pido además que cuando un país acepte a un refugiado, ese asilo sirva para toda Europa. Pero cuando se rechace, que esa negativa sirva también para toda Europa. La prioridad de la política exterior francesa es un pacto sobre la inmigración", insistió Sarkozy entre aplausos.
Rajoy fue recibido después por su socio francés en el Palacio del Elíseo, y salió visiblemente satisfecho del apoyo recibido, al que otorga "muchísima importancia". Dentro de 15 días viajará a Berlín para que le reciba Merkel en la cancillería y poder así enfrentarse a las elecciones con un respaldo que hasta ahora había buscado muy poco.
Fini: Aznar, presidente
El italiano Gianfranco Fini, líder de la posfascista Alianza Nacional, aliado de Silvio Berlusconi y ex ministro de Exteriores, protagonizó ayer un intenso debate sobre el futuro de Europa, en el que también estaba el eurodiputado del PP Íñigo Méndez de Vigo. La discusión se centró en quién podría ser el futuro presidente permanente del Consejo Europeo, una figura salida del último Tratado, que entrará en vigor en 2009, y que será el verdadero líder de la UE.
Para este puesto se barajó el nombre del británico Tony Blair, pero su fichaje por el banco JP Morgan parece haberlo descartado. Nadie se atrevía a poner encima de la mesa un nombre hasta que lo hizo Fini: "¿Por qué no José María Aznar?". Logró un sonoro aplauso de los militantes de la UMP, el partido de Sarkozy. El presidente del Consejo Europeo será elegido por mayoría cualificada por dos años y medio, y sustituirá al actual sistema rotatorio de seis meses. El presidente del Consejo asumirá en su rango y condición la representación exterior de la UE, sin perjuicio de las atribuciones del ministro de Exteriores.
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