Mutismo
En el terreno empresarial y económico nos encontramos en una encrucijada compleja. Destaca el silencio a gritos que indica de manera inquietante la delicada situación del momento. Somos los que somos y contamos con los medios escasos de que disponemos. Es en los momentos difíciles cuando se reconoce la calidad de las personas y su capacidad de liderazgo.
En décadas pasadas el conjunto de las entidades económicas y empresariales de la Comunidad Valenciana contaba con organizaciones e instituciones que asumían la responsabilidad de aclarar y responder al embate de las circunstancias adversas. Las confederaciones empresariales, las cámaras de comercio y las instituciones feriales tenían esa misión de actuar sobre lo que se debía hacer para superar los acontecimientos adversos. ¿Para cuándo la legislación, cada día más necesaria, que ha de regular el funcionamiento de los lobbies como grupos de personas influyentes organizados para presionar a favor de determinados intereses?
Hoy contamos con otros apoyos para hacer frente al frenazo de la economía. Desde la época de los noventa del siglo pasado, no se había vivido una pérdida de la confianza en el sistema económico como la que nos afecta. ¿Cómo podemos salir domésticamente de esta crisis, cuando la recesión mundial es la que nos acecha sin parar en el inmenso espacio globalizado? Europa en su conjunto tampoco sabe cómo salir de este atolladero. En el mundo anglosajón estas andanzas continentales se ven relegadas a un discreto segundo plano. EE UU no puede permitirse el relanzamiento del proyecto europeo mientras se desangra en la guerra de Irak y en otros conflictos colaterales.
El silencio es, pues, la evidencia de indecisión e incertidumbre ante los atributos de una crisis abierta. Falta, en cualquier caso, la transparencia necesaria para que la economía autonómica valenciana sea un refugio seguro ante el frenazo de la actividad productiva internacional. ¿Saldrán ganando las economías emergentes de India y China?
La remodelación de las instalaciones inauguradas en Valencia para la America's Cup requiere un abanico de propuestas para garantizar su mantenimiento a lo largo del tiempo por encima de todo pronóstico. Ni se tiene por qué esperar a la decisión sobre las sucesivas ediciones de la vetusta competición de vela, ni es razonable condicionarla a la revolucionada carrera de fórmula 1 en circuito urbano por Valencia.
Los certámenes comerciales en las instituciones feriales de Alicante y Valencia atraviesan momentos difíciles donde los umbrales de rentabilidad se alcanzan en muy contadas ediciones. ¿Tiene sentido construir y mantener unas instalaciones sobredimensionadas para la realidad que ofrecen las muestras en cuanto a su capacidad de generar negocio?
Si es cierto que la verdad nos puede ayudar a ser libres, tenemos pendiente la seria asignatura de poner en marcha y financiar los conocidos planes de competitividad que, sector a sector, deberían estar ejecutándose. Es una serie advertencia ante la que silencio, además de inoportuno, apenas tiene nada que hacer.
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