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Rusia abre en Serbia la ruta del gas al sur de Europa

Pilar Bonet

Rusia construirá una de las ramas del gasoducto Corriente del Sur en territorio de Serbia y transportará por ella un mínimo de 10.000 millones de metros cúbicos de gas al año, según los acuerdos de cooperación energética entre los dos países que fueron firmados ayer en una ceremonia en el Kremlin.

El líder ruso Vladímir Putin y el presidente y primer ministro de Serbia, Boris Tadic y Vojislav Kostunica, respectivamente, aprovecharon el evento para subrayar los vínculos entre los dos países y Putin reiteró su "categórica" oposición a la independencia unilateral de Kosovo.

Al incorporarse a este proyecto de gasoducto, Serbia queda englobada en una de las futuras redes de suministro de gas ruso a Europa y en la ruta alternativa a Nabucco, un proyecto favorecido por la Unión Europea, pero aparentemente menos desarrollado que el ruso. Corriente del Sur forma parte de los planes del Kremlin para reducir su dependencia de los países de tránsito y sobre todo de Ucrania.

El gasoducto Corriente del Sur, que se comenzará a construir en 2008 o 2009, llevará el gas ruso por el fondo del mar Negro hasta Bulgaria, donde se ramificará en varias direcciones hacia Europa central y hacia el sur de Italia. Tendrá una longitud de 900 kilómetros y capacidad para transportar 30.000 millones de metros cúbicos de gas al año. Para construir el tramo submarino, Gazprom se ha asociado con la italiana ENI.

Apoyo de Bulgaria

Bulgaria, que ha firmado recientemente su incorporación definitiva al proyecto, construirá un tramo por su territorio al 50% con Gazprom. Por determinar queda el resto de la ruta, en la que ahora se ha integrado Belgrado. El coste total del proyecto se estima en 10.000 millones de dólares (unos 7.000 millones de euros).

Con la firma del acuerdo sobre el gaseoducto, "Serbia se convierte en uno de los nudos de tránsito clave en el sistema de suministros de combustibles rusos que se está formando en el sur de Europa", dijo Putin. Los acuerdos firmados ayer en Moscú suponen un espaldarazo preelectoral para los actuales dirigentes de Belgrado. Uno de ellos es el protocolo de las condiciones de compra por parte de Gazprom Neft del 51% de Naftna Industrija Srbije, empresa monopolista en el sector petrolero de Serbia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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