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Entrevista:IZIBENE OÑEDERRA

"El corto animado es una experiencia más solitaria que colectiva"

Los cortometrajes del programa Kimuak viajan desde hace diez años por festivales de todo el mundo, pero quedaba pendiente "el reto" de acercar estos trabajos al que se supone que es su "público natural", el vasco, según subrayó ayer el responsable de este proyecto cinematográfico impulsado por el Gobierno vasco, Txema Muñoz. Con el ánimo de "abrir ese camino", el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián acogerá esta tarde (20.00; 3,60 euros) la proyección de los ocho cortos que integran el último catálogo, el del año pasado.

Koldo Almandoz, Víctor Iriarte, Izibene Oñederra, Borja Cobeaga (éste junto a Jorge Dorado y Luis Berdejo), Haritz Zubillaga, Ugo Sanz, Telmo Esnal y Daniel Sánchez Arévalo firman los ocho títulos, una amalgama de géneros en la que hay comedia, drama, fantástico, animación y hasta un western. Ya suman más de una treintena de premios en los festivales en los que se han presentado desde el pasado septiembre.

Las ocho piezas seleccionadas se proyectan hoy en San Sebastián

Oñederra (Azkoitia, 1979) es la única mujer del grupo. Se estrena en la dirección con el corto Hezurbeltzak, una fosa común, que es además el único trabajo de animación del catálogo. "Acudo a festivales con gente que presenta cortos normales y no estoy del todo en su mundo. Noto la distancia. Ellos controlan mogollón el mundo del cine. A mí me gusta, pero la animación es cine y algo más; es también bellas artes, dibujo...", explica la joven, licenciada precisamente en Bellas Artes por la UPV, donde se especializó en pintura y cine de animación.

Hezurbeltzak ya ha pasado por festivales como los de Sitges, Alcalá de Henares y AniMadrid. En estos dos últimos, la cinta obtuvo sendas menciones especiales del jurado. La última gran noticia es que ha sido seleccionada para competir en la ciudad francesa de Clermont-Ferrand, que acoge la muestra de cortometrajes más importante del mundo entre entre los días 1 y 9 de febrero.

La autora está contenta con su periplo, pero, acostumbrada a pasar mucho tiempo trabajando sola, confiesa que los festivales le abruman. "Un corto de cine de animación es una experiencia solitaria, más de artista, de pintor, frente a un corto de cine habitual, que es una experiencia más colectiva", opina.

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La joven ha partido para su corto de unos dibujos que llevaba años haciendo sin pensar en narrar una historia. Por eso, su corto, en blanco y negro y de tintes oníricos, no tiene un principio, un desenlace y un final al uso. "El montaje fue bastante arbitrario e intuitivo y, así, quedó una película experimental". Son poco más de cuatro minutos llenos de ambigüedad y sugerencias sobre asuntos como las relaciones jerárquicas entre las personas, la marginalidad y la comunicación, o mejor las dificultades de comunicación.

"Quiero más bien transmitir una atmósfera", subraya. Un clima inquietante al que contribuye la música compuesta por Xabier Erkizia para el corto: una especie de zumbido insistente e ininterrumpido.

Oñederra y el resto de realizadores de Kimuak 2007, salvo Iriarte y Sánchez Arévalo, presentarán personalmente sus trabajos en el Victoria Eugenia antes de su proyección y, tras ésta, debatirán con el público interesado.

[Bilbao Film Commission, oficina municipal para fomentar y promocionar la imagen de la ciudad como enclave de rodajes, tramitó a lo largo de 2007 permisos para la filmación de una veintena de películas, programas de televisión y anuncios publicitarios, según informó ayer el Ayuntamiento.]

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