La Generalitat sólo ayuda a pagar el alquiler a 600 jóvenes
El Consell obstaculiza las subvenciones del Gobierno a la emancipaciónLas subvenciones se pagan más de un año después del fin del arrendamiento
Los jóvenes mileuristas pueden olvidarse de las ayudas al alquiler de la Generalitat: ganan demasiado. Y los que viven solos y pagan más de 312 euros por su piso, también están fuera. El Gobierno valenciano sólo concedió subsidios al arrendamiento a 600 jóvenes en 2007. La razón: los endiablados requisitos de la convocatoria del Instituto Valenciano de la Juventud, que parecen diseñados para que nadie consiga reunirlos. El Consell ha obstaculizado paralelamente el programa de ayudas al alquiler joven del Gobierno: ha recurrido la llamada renta básica de emancipación lanzada por el Ministerio de Vivienda al considerar que invade sus competencias; ha abierto tres oficinas donde tramitarla (cuando Madrid ha habilitado 19 y Cataluña 90), y a última hora ha cambiado el modelo de solicitud, lo que obligará a miles de demandantes a volver a iniciar el proceso.
Quitados los gastos, a Sabina Tarazona le quedaban 25 euros a la semana
Tomando los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de forma literal, resulta que las ayudas al alquiler de la Generalitat beneficiaron el año pasado al 0,06% de los 914.710 valencianos que a 1 de enero de 2007 tenían entre 18 y 30 años. El misterio se desvanece leyendo las bases de la convocatoria.
Condición número uno: los ingresos del beneficiario no pueden superar los 11.500 euros al año. En caso de que tuviera "uno o más menores a su cargo", lo que significa esencialmente hijos, la renta anual puede elevarse hasta los 13.000 euros. "Si cobras eso no te vas a independizar", comenta Sabina Tarazona, una de las pocas afortunadas, "salvo que pagues lo que pagaba yo en esa época: 110 euros al mes. 450 euros entre las cuatro que vivíamos en el piso".
Compartir parece de hecho la única posibilidad realista si se atiende a los precios del mercado y a la condición número dos: "Cuando la vivienda la ocupe únicamente un joven, el alquiler no podrá exceder de 312 euros mensuales".
Una vez cumplidos esos y otros requisitos, los solicitantes tienen por delante dos características más de la subvención autonómica: "Las ayudas podrán alcanzar hasta el 50% del arrendamiento" (como máximo, 156 euros; el mínimo no está fijado), y se perciben de una sola vez a lo largo del año siguiente al que se ha vivido de alquiler.La larga marcha de Sabina Tarazona hasta cobrar la ayuda que la Generalitat concede al alquiler joven se puede contar como una historia de éxito. Al fin y al cabo, Tarazona, de 26 años, diplomada en Empresariales, contable en una empresa de productos químicos del área metropolitana de Valencia, se alzó con una de las 600 subvenciones que la Generalitat, a través del Ivaj, asignó en octubre de 2007 a quienes hubiesen vivido arrendados en 2006.
El presupuesto "máximo" del programa, publicado en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana, era de 758.270 euros. A ella le pagaron 881 con 25 céntimos. Más de lo que le habían pagado un año antes por los seis meses de 2005 que pasó en un piso compartido del barrio de Benimaclet: 220 euros.
"¿Para qué te da? Pues mira, de repente me entraron 200 euros, de seis meses que había estado pagando el alquiler. Y bueno, ni luz, ni agua ni nada de eso. A mí me dieron para pagar un mes de alquiler de donde estoy ahora y poco más. Realmente no te da para nada".
Tarazona calcula que por entonces, como contable en prácticas, tenía una nómina de unos 600 y pico euros al año. Y recuerda perfectamente que, descontando el alquiler, los gastos de la casa, la financiación del coche que se había comprado para llegar al polígono y la gasolina, le quedaban 100 euros. 25 a la semana para el resto de gastos. "Me daba para pocas cosas, la verdad".
A medida que su situación laboral mejoraba, se iba acercando al límite ingresos del Ivaj, hasta que lo sobrepasó. "Ahora no puedo optar ni por asomo, porque creo que gano unos 20.000 euros brutos anuales o por ahí".
Esa cantidad le permite solicitar, en cambio, la renta básica de emancipación del ministerio: 210 euros al mes a quienes tengan entre 22 y 30 años y no superen los 22.000 euros brutos al año. Y Tarazona, que sigue compartiendo con un par de amigas un piso pequeño pero con una espaciosa terraza en el barrio de Russafa, la habría solicitado ya si tuviera prisa y no le diera pereza la perspectiva de volver a reunir "mil papeles", más que en el resto de comunidades autónomas: original y copia del DNI; original y copia del contrato de arrendamiento; nota simple del Registro de la Propiedad de la vivienda; original y copia del depósito de la fianza; duplicado del último recibo del IBI; fotocopia del DNI del arrendador; número de cuenta en el que se ingresa el alquiler; certificado de vida laboral de la Seguridad Social...
"Lo haré", dice Tarazona, "pero hasta ahora no he tenido tiempo de ir a sacar todos los documentos. Porque tienes que pedir un día en el trabajo, y luego otro para ir a presentarlos y encontrarte encima con las colas". También podría ser peor. Si no viviera en una de las tres únicas ciudades valencianas donde la Generalitat ha abierto oficinas.
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