El ajuste va para largo
La restricción del crédito agrava la crisis inmobiliaria, que se prolongará durante este año
Es un hecho que el sector de la construcción en España atraviesa un periodo de ajuste, que se manifiesta en una desaceleración de los precios de la vivienda -subieron el 4,8% en 2007 frente a subidas superiores al 15% en el principio de la legislatura-, un descenso del número de viviendas construidas y la aparición de dificultades financieras o bursátiles graves en algunas grandes empresas inmobiliarias, como Astroc, Llanera o Colonial.
La depresión en cascada se ha transmitido a las agencias inmobiliarias: han cerrado más de 40.000 en un año, con una destrucción de empleo calculada en 100.000 personas. Conviene recordar que uno de los objetivos declarados del Gobierno era desinflar la burbuja inmobiliaria alimentada por los gobiernos de José María Aznar, debido al riesgo de que degenerase en un colapso bursátil y financiero y a que los precios se alejaban a velocidades supersónicas de las expectativas de renta que permitían a los españoles aspirar a la compra de una vivienda.
Las dificultades en el mercado inmobiliario no están causadas solamente por un descenso de la demanda de viviendas. La razón principal de la crisis empresarial en las grandes compañías citadas ha sido la restricción de crédito aplicada por el sistema financiero a los particulares, a los promotores y a los constructores.
Bancos y cajas de ahorro no han renovado la financiación de algunas empresas inmobiliarias, bien por la aplicación de una política más prudente a raíz de la crisis hipotecaria estadounidense, bien por la convicción de que en algunos casos los activos inmobiliarios estaban excesivamente sobrevalorados o no podían ser colocados en el mercado. Y cuando la han renovado, el coste del crédito ha sido muy superior al vigente tan sólo un año atrás. La mezcla de deuda elevada con dificultades para la refinanciación ha resultado explosiva.
Sería una ingenuidad suponer que la crisis inmobiliaria se corregirá con la mera inyección de más liquidez en el sistema crediticio. Es un factor necesario, pero en ningún caso suficiente. La demanda de vivienda no se va a recuperar a corto plazo y las grandes compañías inmobiliarias tienen que ajustar el valor de sus activos para acceder a flujos estables de financiación. El ajuste durará al menos todo el año 2008.
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