"Hay que complicarse la vida"
Le quedan aún a José Evangelista (Valencia, 1943) un par de semanas de nervios e incertidumbre, hasta que el día 1 se estrene su Cant en el Palau de la Música de Valencia. Es un veterano y consagrado compositor, pero confiesa la aparición de un cierto desasosiego siempre que está a punto de presentar una obra.
En octubre falleció su suegra, Matilde Salvador, y ya no se ha marchado de la ciudad en que nació. Un permiso de prejubilado en la Universidad de Montreal (Canadá), donde enseña composición desde hace décadas, le ha permitido dedicarse a preparar el estreno de este encargo del Institut Valencià de la Música, que interpretará la Orquesta de Valencia tanto en el Palau como posteriormente en Castellón. Le comento que he querido documentarme escuchando alguna grabación con obras suyas pero que no he encontrado ninguna en las tiendas, y aunque parezca mentira tampoco de Matilde.
"Un compositor no puede ir detrás de las productoras, le quitaría tiempo"
"Creo que esto responde a la lógica de lo disponible, aunque hay algunos criterios difíciles de entender, rutinas que se instalan también en las estanterías...Pero un compositor no puede ir detrás de las productoras porque le quitaría mucho tiempo, hay muchos avatares difíciles de controlar. Algo positivo es que en Canadá las radios estatales graban y emiten bastantes conciertos. En cuanto a discos, en Francia me editaron un monográfico mío que tuvo muy buenas ventas, pero ahora Internet está cambiando un poco el panorama y algo de mi obra se puede escuchar en You Tube, por ejemplo".
Hablamos de la bronca entre la SGAE y los internautas a cuenta de los derechos de autor y dice que las descargas en iTunes a cambio de pequeñas tarifas son una solución que en Norteamérica está dando buenos resultados. De cualquier forma, lo que se dice vivir de la música es algo que la mayoría de los autores consigue gracias a una cierta dedicación a la enseñanza. "Si la sociedad tuviera que pagar el tiempo de los compositores al precio de los trabajadores especializados, no habría bastante dinero. Parece casi una ley que tengas que desaparecer para que se te valore, como le ocurrió a mi suegro y maestro Vicente Asencio, que se ha convertido en un referente internacional de la guitarra".
Evangelista lamenta la escasa variedad en los repertorios: si se contaran las obras programadas por las grandes orquestas veríamos que siempre se reducen a las mismas 40 o 50. "Y la gente se las traga continuamente porque la falta de criterio de quienes deciden les impide entrar en los autores vivos, o en obras menos conocidas, que es más difícil y arriesgado. El resultado es bastante limitado, denotando un concepto de música muy restringido. ¿Que la música contemporánea tiene mala fama? Quizá es que algunos compositores han extremado el hermetismo, pero no podemos esperar que los creadores repitan lo que ya se ha hecho, hay que complicarse un poco la vida para componer y también para programar..."
José Evangelista, talento fugado desde 1969, no ha perdido nunca el contacto con Valencia, donde ha colaborado a menudo con el festival Ensems y el Grup Instrumental y donde una obra suya ha sido pieza obligada en el concurso internacional de piano José Iturbi. En su haber aparecen también dos óperas: Ejercicios de conversación (sobre un texto de Ionesco) y Manuscrito encontrado en Zaragoza, de Jan Potocki, que los estudiosos citan como ejemplo de "mundialización" creativa. Enamorado de las músicas del sureste asiático, ha fundado el Taller de Gamelan (conjunto instrumental de 20 o 25 personas) balinés y su música se interpreta regularmente en Francia. Entre sus planes inmediatos aparecen conciertos en ese país, un concierto monográfico para finales de mayo y otro en julio. Antes estrenará una sonata para violonchelo y habrá presentado en Montreal una obra para orquesta de cuerda. Sin olvidar que en mayo tiene compromisos en China, junto a otros compositores canadienses.
Con su esposa, Matilde Asencio, pudo acudir a las representaciones en el Teatro Principal de Castellón de La filla del Rei Barbut, trabajo de Xarxa Teatre sobre la obra de Matilde Salvador que les gustaría se trasladara a otros teatros del ámbito lingüístico, aunque saben que la programación de ópera tiene una dinámica propia, en la que es muy difícil entrar. Y esa es la servidumbre de muchas composiciones, que a veces son todavía más efímeras que las fallas.
"El ambiente musical valenciano", comenta Evangelista, "es contradictorio. Por una parte encuentro que la oferta es fantástica a nivel de intérpretes estelares, que aquí vienen unos conjuntos que en Montreal no nos podemos permitir. Sin embargo, esto contrasta con lo precario de los medios docentes".
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