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El Gobierno ampliará las exenciones fiscales para el próximo año Xacobeo

Bugallo y Molina consideran normalizadas las relaciones tras su enfrentamiento

Los patrocinadores privados que participen en la promoción del próximo año Xacobeo, que se celebrará en 2010, podrían obtener aún mayores ventajas que las que ya tuvieron las empresas que prestaron su apoyo a la celebración del 2004. El ministro de Cultura, César Antonio Molina, explicó ayer que su departamento estudia fórmulas para "mejorar" los beneficios fiscales de los que gozaron los patrocinadores del anterior Xacobeo, que pudieron evitar el pago de 60 millones de euros en impuestos.

Molina presidió ayer en Santiago la reunión del Consejo Jacobeo que reúne al Gobierno central y a los responsables de Cultura de las autonomías que recorre el Camino. A la conclusión del encuentro apuntó que los patrocinadores tendrán que dejar "muy claro" los fines a los que van a destinar su inversión para beneficiarse de las exenciones fiscales.

El ministro resaltó la importancia "cultural y económica" que supone la celebración de un Año Santo, al que considera como la "gran olimpiada cultural" con la que cuenta Galicia. Además, recordó que la siguiente edición no tendrá lugar hasta 2021 por lo que será necesario trabajar conjuntamente entre el Gobierno y las comunidades autónomas para convertirlo en un "éxito". Entre las iniciativas que se pondrán en marcha para 2010 se encuentran la celebración de un congreso científico sobre el Camino de Santiago y de exposiciones itinerantes sobre temática jacobea que recorrerán España y el extranjero.

Molina aprovechó su nueva visita a Galicia para restar importancia a la reciente polémica que le enfrentó a la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, quien calificó como "electoral" la visita que realizó el ministro a la nueva biblioteca del Estado en Santiago, cuya inauguración está prevista para el próximo mes de marzo. "Las relaciones son normales y nos reunimos habitualmente", indicó Molina, quien recordó que su anterior presencia en la ciudad sirvió para "traer nueve millones de euros", que equivalen al coste de la citada biblioteca. Bugallo coincidió con Molina en definir sus relaciones como "completamente normales".

Las diferencias entre ambos responsables de Cultura se hicieron evidentes cuando Molina dijo que el Gobierno sólo aportaría fondos a uno de los edificios de la Cidade da Cultura, pese a que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero la había considerado un proyecto de Estado.

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