_
_
_
_
Reportaje:RELATO DE UN PACIENTE DE URGENCIAS DEL HOSPITAL DE LA PAZ

"Estoy en el pasillo; el ruido no cesa"

Pilar Álvarez

El pasado 4 de enero, este diario publicó una información sobre el colapso que sufría el servicio de urgencias del hospital público La Paz. La noticia estaba ilustrada con una fotografía de uno de los pasillos del servicio, donde podía verse a varios pacientes ingresados en un pasillo de baldosas blancas. Los trabajadores habían colgado carteles con números para identificar a los pacientes. Uno de ellos, tras ver la información, ha enviado a este periódico el relato de su experiencia. Éste es su resumen:

"En el diario EL PAÍS una fotografía muestra un pasillo de La Paz con una hilera de enfermos en sus camas; en cada cama cuelga una bolsa naranja con la ropa del enfermo. En una de ellas estuve yo ayer".

Más información
La Comunidad admite "cierto colapso" en Urgencias

"Durante todo el tiempo, el trasiego y el ruido de personal sanitario, camas, sillas de ruedas, aparatos, visitas... es incesante. En ocasiones, se producen atascos y el personal tiene que negociar quién pasa primero".

Es el testimonio de un hombre de unos 50 años que el 4 de enero permaneció 12 horas en las urgencias del hospital La Paz y que pide anonimato. Sólo pasó dos de ellas encamado en el pasillo, por lo que se considera afortunado. "Dentro de todo yo he tenido suerte. La mayor parte del tiempo la he pasado en la cama, en el box, mientras otros enfermos abarrotaban pasillos o sillas. Mi tiempo en el pasillo fue el último de mi estancia, cuando mejor podía soportar los inconvenientes físicos. No era el caso de otros enfermos".

Este paciente se queja de la falta de una mínima comodidad o bienestar. "La sensación de invasión de la intimidad o incluso humillación depende de cada cual, pero están en el aire y se muestran en las caras de los enfermos y los visitantes".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"El cabecero de mi cama está pegado a una de las dos hojas de una puerta basculante; al otro lado, un cartel avisa de que hay una cama detrás. A pesar del interés del personal por evitarlo, de vez en cuando una cama viajera golpea la mía. El letrero de la puerta no tiene éxito y, periódicamente, sufro un violento desplazamiento de mi cama".

"A las cinco de la tarde comienza a dolerme la cabeza. Descubro que la razón es que estoy tumbado boca arriba y que sobre mí, ligeramente a mi derecha, están los fluorescentes a los que, inevitablemente, dirijo la vista desde el principio. Desde ahora, evito los fluorescentes".

"En los boxes, el personal sanitario está constantemente en el entorno. Cualquier necesidad es resuelta de forma prácticamente inmediata. En el pasillo el personal sanitario sólo aparece de vez en cuando".

"Me dan el alta. Tras los últimos medicamentos, toca levantarse. En calzoncillos y con un camisón que no cubre, toca sacar la ropa de la bolsa. Ligeramente aturdido tras 12 horas y mil drogas, hay que vestirse. El tráfico no cesa".

Pacientes ingresados en los pasillos del hospital de la Paz por falta de camas el pasado 4 de enero.
Pacientes ingresados en los pasillos del hospital de la Paz por falta de camas el pasado 4 de enero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_