Caminos de guerra y paz
En el triángulo que conforman las localidades de Gandesa, Corbera d'Ebre y Miravet, en la comarca de la Terra Alta, en Tarragona, se libró una de las batallas más trágicas de la Guerra Civil española: la batalla del Ebro (abril-noviembre de 1938). Los escarpados montes de Pàndols y Cavalls, con sus intratables acantilados, fueron refugio de soldados y los lugares donde se libraron las más cruentas batallas. El silencio y la paz que en la actualidad se respira invitan a visitar los escenarios más relevantes de la batalla de 1938 y disfrutar de la naturaleza. Es la ruta de la Paz.
Este itinerario es una oferta turística más de una zona que comienza a ser atractiva y reconocida por el visitante. Un testimonio a la memoria de la guerra. En la Punta alta, la cima de Pàndols, se encuentra el monumento a la paz impulsado por la quinta del biberón y dedicado a todos los que combatieron en la batalla del Ebro. Un lugar para reflexionar. Y también para contemplar una maravillosa panorámica del territorio: en un día limpio, claro y despejado, el Pirineo aparece en el horizonte del norte.
Otro paraje singular, especialmente por su pasado histórico, es el mirador del Coll del Moro. Desde este observatorio con vistas a las llanuras, el mismo general Franco dirigió las operaciones cuando el frente del Ebro se convirtió en la principal cuestión de Estado. Pero donde de verdad se puede observar la magnitud de los crueles enfrentamientos es en el pueblo viejo de Corbera d'Ebre, en el lugar conocido como la Montera. El visitante encontrará un escenario de casas vacías en ruinas y la iglesia de Sant Pere, construida en el siglo XVIII, también en un estado lamentable y fuera de culto.
Otro pueblo singular es Miravet, a la orilla del río Ebro. Miravet es famoso por una imagen que dio la vuelta al mundo, la foto de los republicanos cruzando el Ebro. El pueblo aún conserva las evidencias del paso de la guerra: ruinas, solares vacíos e impactos de metralla por todas partes. Una exposición sobre el paso del Ebro refresca la memoria a los caminantes. Unos hechos, la batalla del Ebro, que nadie quiere volver a vivir.
- Distancia: 12 kilómetros a pie; 32 en coche.
- Tiempo: siete horas a pie; una jornada en coche.
- Imprescindible: comida y agua.
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