Obama supera a Hillary Clinton en los sondeos para las primarias de mañana
Los rivales demócratas de la senadora la acorralan en el debate de New Hampshire
Se ajustó la chaqueta, se enderezó en la silla y sacó los dientes como en sus mejores épocas de primera dama de Arkansas y luego de la Casa Blanca. Hillary Rodham Clinton se sintió acorralada por sus dos contrincantes en la carrera presidencial durante el debate entre los candidatos demócratas celebrado en la noche del sábado en New Hampshire -donde Barack Obama supera por vez primera a Clinton en los sondeos- y aparcó la sonrisa para apretar los labios. "No estoy postulándome como una promesa de cambio. Me estoy postulando en base a 35 años de cambios realizados", dijo Clinton, sin poder, o querer, evitar levantar la voz y enfatizando su posición al clavar su dedo índice en el podio.
La única mujer candidata a la Casa Blanca reclamó también para sí su papel de cambio, el gran mensaje de esta campaña electoral enarbolado por Obama y, en diferente medida, por John Edwards. Fue este último quien hizo que Hillary Clinton adoptara una actitud beligerante. Intentó Clinton aliarse con Edwards contra Obama respecto a la financiación de la guerra de Irak y al hecho de que el senador negro de Illinois había calificado poco menos que de inconsistentes las posturas del segundo.
El público esperó la respuesta de Edwards, que lejos de alinearse con la mujer que le echaba un cable optó por darle un golpe de gracia y apuntarse al caballo ganador que es Obama. Edwards debió hacerse las siguientes cuentas: si no puedo derrotar a Obama en New Hampshire, al menos puedo secundarlo. "Cada vez que se menciona la palabra cambio, las fuerzas del statu quo atacan", dijo el ex senador de Carolina del Norte mirando acusador a Clinton.
"Él cree firmemente en el cambio y yo creo firmemente en el cambio. Y cada vez que luchamos por ello... quiero decir... no percibí este tipo de ataques por parte de la senadora Clinton cuando iba primera en las encuestas", declaró Edwards. Fue entonces cuando quedó probado que Clinton perdió en Iowa algo más que un primer o segundo puesto en los caucuses frente a Obama y Edwards. Perdió el lujo de ser diplomática. Y se dejó crecer las uñas.
"El cambio no se trata de lo que uno cree. No se trata de un discurso que se pronuncia. Se trata de trabajar duro", dijo la candidata. Y en un claro ataque a Obama y su mensaje de inspirar "esperanza" a los estadounidenses proclamó: "No podemos ofrecer falsas esperanzas a este país sobre lo que podemos conseguir". Estocada directa al joven líder negro, que sufriría alguna más, aunque de menor envergadura, respecto a sus débiles posiciones frente a la sanidad, por ejemplo. "Yo soy una agente del cambio", insistió Clinton. "Yo personifico el cambio. Y creo que tener la primera mujer presidenta de EE UU es ya en sí un gran cambio".
Ayer, a dos días de las primarias de New Hampshire, que suelen marcar la tendencia del resto de las primarias, según la media de encuestas recogidas por RealClearPolitics, Obama cuenta con el 34,3% de los votos, seguido por Clinton con el 30,9% y ya más lejos por Edwards con el 18,9%. El promedio calculado recoge media docena de encuestas, entre ellas la de CNN, que da un empate entre Clinton y Obama; la de la Universidad de Suffolk, que prevé una ligera victoria a la senadora, y la que publica el periódico local Concord Monitor, que ofrece un punto de diferencia a Obama sobre Clinton.
Durante los tensos 90 minutos que duró el debate, en escena había una cuarta persona, el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien tras el fuego cruzado en el que se vio inmerso sólo acertó a decir: "He estado en negociaciones sobre rehenes mucho más civilizadas que lo que ahora ocurre en este plató".
La broma y el hecho de que un moderador también suavizara el ambiente al constatar que la senadora estaba siendo atacada por una alianza de conveniencia entre los dos candidatos ganadores en Iowa hizo que Clinton relajara el rostro y el mensaje.
Aun así, Clinton estableció toda una tesis basada en que hay cosas más importantes en un candidato que ser agradable a la gente o tener buena presencia.
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