La manifestación de los obispos
Admiro sinceramente el valor de los obispos en la manifestación del 30 de diciembre. El arzobispo de Madrid se quejó de que en España retroceden los derechos humanos, cuando el Estado vaticano ni ha firmado muchos de los tratados de las Naciones Unidas sobre el tema. El de Valencia se lamentó de que peligrara aquí la democracia, cuando ellos ni la admiten en su organización, ni nunca han hecho sino obstaculizarla en España. Y el de Toledo sostuvo que "la familia debe ser la primera prioridad mundial" porque "es lo mejor que tenemos", cuando él y todos los demás obispos la eliminan de sus vidas.
Creer en esos guías ciegos no es tener fe, sino una lamentable credulidad, una ignorancia o menosprecio de las múltiples advertencias de Jesús contra los fariseos, un grave perjuicio y una muy peligrosa amenaza fundamentalista contra la convivencia entre todos los ciudadanos.- Luis Serrano Rubio. Madrid.
Me congratulo por el éxito impresionante de la concentración católica en apoyo de la familia que tuvo lugar en Madrid el pasado día 30. Las manifestaciones vertidas por el Episcopado fueron oportunas y son necesarias de ser escuchadas en estos tiempos de confusión, relativismo y adormecimiento general de las conciencias. Todos precisamos escuchar verdades de la boca de nuestros obispos, y todos debemos hacer eco de las mismas a los que no pudieron estar allí.
Y verdad es que la institución familiar está siendo atacada por la legislación, como también es cierto que el matrimonio es sólo posible desde la unión de un hombre y una mujer (no sólo desde la moral cristiana, sino desde la misma ley natural).- Santiago-César González Alba. Sevilla.
Las últimas manifestaciones de sectores integristas de la Iglesia católica hacen que tengan una respuesta firme por parte de la sociedad en su conjunto. La defensa de las libertades y los derechos humanos sin imposiciones no sólo corresponde a los partidos sino a la ciudadanía, incluido a los sectores cristianos que no comulgan con esa intransigencia y esa radicalidad.
La ciudadanía tiene que hacer frente a la defensa de sus valores, sin permitir imposiciones y menos de las iglesias. Es el momento de articular un amplio movimiento social y ciudadano en defensa de los valores humanos y la laicidad. No esperemos a que los partidos lo hagan en función de sus intereses electorales. ¡Ya está bien!- Pepe Mejía. Madrid.
En EE UU, las iglesias y organizaciones religiosas no pagan impuestos y a cambio no participan en política. En nuestro país, sin embargo, el Estado les paga sueldos, no pagan impuestos y, además, participan fuertemente en política.
Como ciudadano y contribuyente español exijo de mi Gobierno que deje de pagar dinero a la Iglesia católica y, además, que no le exima más de pagar sus impuestos, muy en especial el impuesto de patrimonio.- Ángel Álvarez Rodríguez
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