Barcelona, otra vez colapsada
Los conductores de autobús siguieron masivamente la huelga - Llovió - Se inició la operación salida de la ciudad - Los usuarios llegaron a esperar casi dos horas
Los atascos se apoderaron de Barcelona en el primer día de huelga de los conductores de autobuses. Los sindicatos convocantes, CGT y ASCUB, lograron la notoriedad que esperaban y causaron el caos circulatorio en una jornada que ya se preveía complicada por ser el primer día de vacaciones escolares, por la multitud de ciudadanos del área metropolitana que se acercaron al centro de la ciudad para hacer sus compras navideñas y por ser el día previsto para la operación salida. Sólo faltaba la lluvia, que cayó de forma intermitente durante todo el día. Así, la jornada transcurrió entre calles congestionadas y sonoros bocinazos de conductores nerviosos e indisciplinados que invadieron carriles bus y bici, y aparcaron en cualquier sitio.
TMB critica el "clima de intimidación" en el que se desarrolló la protesta
Sobre el seguimiento de la huelga hubo disparidad de cifras, como es habitual en estos casos, pero las que aportaron unos y otros hablan de un seguimiento masivo de la protesta. Los sindicatos señalaron que más del 80% de los conductores secundaron los paros, mientras que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) rebajó la cifra a entre el 40% y el 75%, según la franja horaria. Los sindicatos calificaron el seguimiento de la huelga de "éxito", mientras que TMB aseguró que muchos trabajadores habían decidido no acudir al trabajo por "el clima de intimidación reinante". "Es muy duro ir a la cochera o salir con el autobús a la calle con la virulencia con la que han actuado los piquetes", afirmaron en TMB. Claro que también hubo espacio para la picaresca. En el éxito de la huelga influyó el número inusual de conductores que no acudieron a trabajar alegando enfermedad. Los sindicatos dijeron que fueron unos 500 trabajadores.
Los servicios mínimos decretados por la Generalitat esta semana se cumplieron: el 50% para la circulación entre las 6.30 y las 9.30 horas y el 60% entre las 17.00 y las 20.00 horas. Sin embargo, su aplicación no estuvo exenta de dificultad por la presencia de piquetes sindicales a la salida de los vehículos de las cocheras de TMB. A primera hora de la mañana se vivieron momentos de tensión entre un grupo de huelguistas y la Guardia Urbana en las cocheras de Sant Andreu.
Los ciudadanos se mostraron muy enfadados por la protesta y algunos tuvieron que esperar hasta dos horas para coger un autobús. Muchos optaron por el vehículo privado, lo cual originó congestiones de tráfico, sobre todo en el centro de la ciudad. El metro sólo sufrió un incremento de pasajeros del 5%, afirmó TMB. También se registraron problemas en los accesos y salidas de Barcelona por ser el primer día de la operación salida de las vacaciones de Navidad.
La huelga seguirá hasta el lunes. También hay paros previstos para los días 2, 3 y 4 de enero. Los conductores exigen a TMB dos días de descanso semanal y la empresa de transportes asegura que esa reivindicación ya se cumple y que no piensa ceder a las peticiones de los huelguistas. "Ese periodo de descanso ya está fijado, lo que pasa es que no siempre son dos días seguidos y no siempre pueden caer en fin de semana", señaló un portavoz de TMB. "Pueden pedir una nueva negociación si quieren, pero no para este convenio, que está vigente hasta el 31 de diciembre de 2008. Lo que no puede ser es que ahora quieran cambiar un convenio que ellos mismos firmaron hace dos años", dijo este mismo portavoz. CC OO y UGT se desvincularon de la protesta al considerar que el momento es "inoportuno".
Un pasajero herido
La jornada dejó un abultado parte de incidencias llevadas a cabo por los piquetes sindicales. El incidente más grave se produjo a primera hora de la mañana, cuando un pasajero que viajaba en el autobús de la línea 109 resultó herido al impactar una bola de hierro en una ventanilla del vehículo, cerca de donde estaba sentado. El hombre tuvo que ser atendido en el Clínico por una contusión en la cara.
TMB informó de que a lo largo de la jornada al menos 33 autobuses tuvieron que ser retirados de la circulación por roturas en ventanas y retrovisores, y pinchazos en las ruedas. Un portavoz de la empresa pública aseguró además que al filo de las 16.00 horas un piquete obligó al conductor y a todo el pasaje a bajarse del autobús de la línea 64 en el que viajaban en la calle de Aribau.
Los sindicatos negaron la existencia de estas coacciones. "La jornada ha transcurrido con plena normalidad. Todo eso de los pinchazos y los cristales rotos es una invención de la empresa para poner a los ciudadanos en contra nuestra", se defendió un portavoz de la CGT.
Testimonios de afectados
"Llevo una hora y tres cuartos esperando"
Ermenegildo Clé estaba ayer enojado. La huelga de conductores de autobús le hizo perder mucho tiempo, sentado en una parada esperando el transporte público para volver a su casa después de trabajar. "Llevo una hora y 25 minutos esperando, y esta mañana he tardado 45 minutos para llegar al trabajo". La larga espera le hizo perder los nervios: "Me he peleado con una mujer por un taxi, cosa que no había hecho en mi vida". Clé, sin embargo, se mantuvo decidido a coger un autobús para volver a su casa. "Me dijeron que pasaba cada 30 minutos y no es verdad. Esta mañana me he ido andando, pero esta vez, por orgullo, me voy en autobús a mi casa", aseguró.
"Como no venía el bus, me he ido andando"
Carmen Cano coge un autobús cada día para ir a trabajar. Ir y volver, dos trayectos diarios con la línea 41 que normalmente suponen un lapso de tiempo corto. Ayer, con la huelga de conductores, su trayecto se eternizó en una larga espera en la parada del bus. "Esta mañana he estado 20 minutos esperando. Al ver que no venía ningún autobús me he decidido a ir andando", comentó en la parada de la calle del Comte d'Urgell esquina von la plaza de Francesc Macià. Por la tarde no tuvo más suerte: "Llevo 10 minutos esperando y no quiero esperar más. Me voy a coger un taxi". Cano no entiende que los conductores hagan huelga "en fechas como las Navidades".
"No están cumpliendo los servicios mínimos"
Antonio García esperaba el autobús de la línea 34 en la avenida Diagonal, a la altura de la plaza de Francesc Macià, y se quejaba de que llevaba allí más de una hora, multiplicando por seis el tiempo que espera habitualmente. "No están cumpliendo los servicios mínimos que habían prometido: normalmente, no suelo esperar más de 10 minutos y hoy ya llevo aquí una hora larga. No hay derecho", dijo García.
"Esto es una vergüenza. No hay más que ver cómo están las paradas", lamentaba señalando la parada repleta de gente que esperaba el autobús. "No sé quién tiene la culpa de lo que está ocurriendo, pero la gente está muy cabreada", apostilló.
"No entiendo una huelga en estas fechas"
"Llevo más de media hora aquí y aún no he visto ni un solo autobús", aseguró Laurent Bouquin, que esperaba ayer el autobús junto a su mujer y su hija, después de hacer unas compras navideñas. La de ayer era una tarde fría y lluviosa y Bouquin lamentaba que "los conductores hayan decidido hacer huelga un día como hoy". La parada en la que esperaba Bouquin se encuentra a las puertas de un conocido centro comercial y la mayoría de los que esperaban el autobús, visiblemente impacientes, iban cargados de bolsas. "Lo que no entiendo es por qué, pudiendo hacer huelga cualquier otro día, deciden estropear estas fechas haciéndola hoy", se quejó Bouquin.
"Yo estoy cabreada siempre"
Con un espontáneo "yo estoy cabreada siempre", María Ángeles Pérez respondió ante la situación de caos que se vivía ayer por la tarde en una parada de autobuses de la calle de Buenos Aires. Llevaba 10 minutos esperando el de la línea 32 sin perder la paciencia, ya que es veterana pues vive "cada día esta situación de incertidumbre", explicó. "En el recorrido que esta mañana hubiese hecho en 10 minutos en coche, he tardado una hora", dijo. Esta usuaria puede llegar a comprender los motivos por los que hay huelga, lo que no entendía -ni entenderá, aseguró- es que siempre todo acabe repercutiendo en los pasajeros, "que somos los que menos culpa tenemos", añadió.
"La desesperación me hizo coger un taxi"
Mercedes Claros llevaba 45 minutos caminando hacia su casa sin cruzarse con ningún autobús. Ni en su sentido, ni en el contrario. Por la mañana ya le había pasado lo mismo y "la desesperación" le hizo "coger un taxi", explicó. Aun así, llegó tarde a su trabajo. "Me parece increíble que, con la cantidad de autobuses que van por la Diagonal, ahora no circule ninguno". Esta situación es la que la hace creer que los servicios mínimos "hoy no han funcionado". Lo único de lo que no se queja es del buen trato que ha recibido por parte de otros pasajeros, "del buen compañerismo".
Han elaborado esta información Belén Rodríguez, Maiol Roger e Ignacio Martín.
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