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Reportaje:

Viaje al silencio submarino

Científicos vigueses estudian la contaminación acústica en el mar y concluyen que los cetáceos escapan de las zonas más ruidosas de las rías

Los seres humanos somos ruidosos incluso debajo del agua. Y nuestros trasiegos alteran el ritmo de vida de los cetáceos. Esta es una de las conclusiones del proyecto de investigación acústica del medio submarino desarrollado por la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma). Entre 2005 y 2007, un grupo de científicos vinculado a esta entidad sin ánimo de lucro realizó en las Rías Baixas el primer estudio bioacústico de España, destinado a radiografiar la influencia de los niveles de ruido en las poblaciones de cetáceos que viven en aguas gallegas.

Las líneas principales del proyecto Os sons do mar se presentaron ayer en la sede viguesa de la Fundación Barrié de la Maza, que financió el estudio con 50.000 euros. El convenio ha supuesto la unión de medio ambiente y desarrollo tecnológico. Es la primera vez que una evaluación de estas características emplea en Galicia micrófonos submarinos fijos, llamados hidrófonos. Una empresa de Vigo, Marexi, los ha diseñado específicamente, ya que, según sus promotores, sólo se habían utilizado con anterioridad en estudios llevados a cabo en el norte de Europa. El invento será presentado a la comunidad científica en el congreso de la Sociedad Europea de Cetáceos fijado para marzo de 2008 en Amsterdam.

Los delfines evitan zonas industriales y se refugian en el norte de las rías
El arroaz y la toniña están al borde de la extinción en Galicia

Estos dispositivos, que estuvieron colgados en bateas, permitieron a los investigadores hacer un seguimiento acústico completo de los cetáceos que habitan las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo. A lo largo de las casi 9.500 horas que estuvieron sumergidos, los siete hidrófonos registraron de forma continua las frecuencias de ultrasonidos de los cetáceos, así como sonidos de ambiente procedentes, en su mayoría, de barcos. Un hidrófono de arrastre, instalado en el velero científico Nauja, permitió registrar los sonidos de los cetáceos en un área de cinco millas.

La información sonora, recogida en formatos digitales, ha demostrado la preferencia de los cetáceos por las márgenes norte de las tres rías estudiadas, así como por las áreas que rodean las islas de Sálvora, Ons y Cíes. Esto se debe, explicó el director de Cemma, Alfredo López, a que las mayores concentraciones industriales y portuarias se localizan hacia el sur, como los puertos de Ribeira, Marín y Vigo y, por consiguiente, "son zonas acústicamente más degradadas y en donde menos avistamientos se producen".

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Los datos recogidos en los lugares-refugio han permitido determinar el uso del hábitat que hacen especies amenazadas como el arroaz (Tursiops truncatus) y la toniña (Phocoena phocoena), que mantienen en aguas gallegas poblaciones con menos de 500 individuos, lo que las sitúa al borde de la extinción.

Hay mucho ruido en el fondo del mar y la cosa empeora por la noche. Lejos de la tranquilidad que cabría esperar al cobijo de la oscuridad, los movimientos de la pesca y del tráfico marítimo se multiplican mientras se duerme en tierra firme. Los micrófonos han resultado especialmente útiles para detectar los movimientos en las horas nocturnas, una de las aportaciones más novedosas de Os sons do mar. "La tecnología nos ha abierto nuevas posibilidades de seguimiento intensivo las 24 horas. Con los micrófonos podemos grabar siempre, independientemente de las condiciones meteorológicas, y tenemos acceso a zonas que visualmente no alcanzábamos", manifestó Alfredo López.

En sus 15 años de vida, el grupo Cemma ha basado sus estudios en avistamientos desde tierra y desde embarcaciones, y su red de puntos de observación costeros entre Arousa y A Guarda ha servido de complemento a esta investigación. La campaña de fotoidentificación individual de los animales por sus aletas también ha aportado datos valiosos al conjunto. "Esto es una foto. Para poder obtener conclusiones a medio y largo plazo convendría repetir los estudios bioacústicos. Con todo, podemos concluir que los niveles de ruido no son exagerados sino admisibles", afirman los científicos.

Este mapa acústico será puesto a disposición de la Consellería de Medio Ambiente a fin de "aportar sugerencias para la elaboración de un plan integral de las rías y un protocolo de situaciones especiales con peligro para los cetáceos costeros", como avanzó la directora de la Fundación Barrié de la Maza, Marta Rey.

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