4.000 personas vuelven a pedir el indulto para 'Os tres do Eixo'
Los vecinos del barrio compostelano los quieren en casa antes de Navidad
La protesta que ayer sacó a la calle a unos 4.000 manifestantes en Santiago tenía como objetivo pedir el indulto para los tres vecinos del barrio de O Eixo, condenados a siete años de prisión por agredir a un policía nacional hace nueve años, y conseguir que "estén en casa por Navidad".
Fue la segunda vez en dos meses que el movimiento vecinal se manifestaba y la primera tras el ingreso en la cárcel de Simón Márquez, Jesús Montoiro y José Moreira, a los que Instituciones Penitenciarias ha concedido ya el segundo grado, lo que les permite desde hace una semana salir de lunes a viernes para ir a trabajar. "Están un poco más relajados de lo que estaban hace unos días", apunta Lois Calvelo, miembro de la comisión a favor del indulto, "pero aún así la situación es muy tensa. No pueden hacer una vida normal y tienen miedo de que en cualquier momento pueda surgir una provocación que los lleve a perder el segundo grado".
Lo único con lo que se conformaría el movimiento vecinal es con la llegada del indulto. "El segundo grado es un sucedáneo que no colma nuestras pretensiones", asegura Calvelo. Los vecinos confían en que el asunto se trate en la reunión del Consejo de Ministros del próximo viernes. Como en todas las concentraciones multitudinarias, hubo guerra de cifras sobre la asistencia: 10.000 personas según los organizadores y sólo 400 según la Policía Local. Amenizada por varios grupos de gaiteiros, la multitud llegó desde el parque de la Alameda hasta la Plaza de A Quintana tras recorrer parte del Ensanche y del casco histórico. Allí estaban familiares y amigos de los condenados, así como varias asociaciones vecinales de Compostela. Los amigos de Simón, el más joven de los tres condenados, se dejaron ver con camisetas con el nombre de su compañero. "Pusimos por detrás Libertad para os do Eixo y por delante su nombre, en plan cariñoso, para él... Pero que no se entienda como un desprecio a los demás, estamos con todos", puntualizaba uno de ellos. Las consignas se repitieron hasta las dos de la tarde. "Indulto, xa; cadea, non" fue la más escuchada, aunque en las pancartas que portaban los manifestantes se podían leer frases como "Navidad en casa", "Faltan tres na cea" o "O pobo cos tres veciños do Eixo".
La escritora Teresa Moure, encargada de leer el manifiesto, instó al Consejo de Ministros a que se "digne" a considerar el caso. "Desde Madrid, Compostela parece una ciudad amable. Con esos tópicos a los ministros les va a costar un poco entendernos", opinó la escritora, que argumentó que "si Instituciones Penitenciarias les concede el segundo grado nada más entrar, será que no los ven tan peligrosos". Moure calificó de "cuestión humanitaria" la concesión del indulto y mostró su incondicional apoyo a los acusados recordándoles que "no están solos". La última frase pronunciada ayer a través del micrófono situado en el pequeño escenario cerró la protesta con una declaración de intenciones de los vecinos: "De no conseguir el indulto, nosotros vamos a continuar", advirtieron.
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