Sostenibilidad energética
El sector de la energía es uno de los más decisivos tanto desde una perspectiva macroeconómica y geopolítica como desde una consideración social-cotidiana, y muy en particular medioambiental y ecológica. Cuando comienzo a escribir esta columna nos informan que una vez más, en Bali, los grandes expoliadores de nuestro planeta se han negado a limitar en lo más mínimo su negocio, es decir, a renunciar, ni siquiera a reducir en favor de la supervivencia de todos, el provecho de su tan productiva explotación. De nuevo el poder y beneficio como argumentos supremos, como razones últimas. Hoy cualquiera que aborde el estudio de un área tiene necesariamente que afrontar la dimensión capital de la energía, sus glorias y sus tropelías y por esta razón en el marco del Programa sobre progreso sostenible e integración regional en América Latina, que desarrollan conjuntamente El Colegio de Altos Estudios Miguel Servet y la Fundación Amela, hemos dedicado a este ámbito una atención especial, realizando durante más de un año un estudio en profundidad, que pronto será publicado en libro, y discutiendo sus resultados en un reciente simposio en Valencia.
Un estudio recomienda la creación de una agencia latinoamericana de sostenibilidad energética
Su punto de partida, puesto agudamente de relieve por Domingo Jiménez Beltrán, fue la inversión de los términos del problema, el tomar el rábano por las hojas, pues centrados en el cambio climático se dejan en segundo término las causas que lo producen. Comportamiento que equivale a condenarse a la ineficacia de los pequeños emplastes. Ya que de lo que se trata, insiste Jiménez Beltrán, es de promover un nuevo modelo energético estrechamente asociado a un modelo de desarrollo sostenible, que mediante una consistente política de la energía cuyos ejes centrales sean la sostenibilidad económica y la gobernabilidad política, suprima o cuanto menos atenúe las amenazas del cambio climático. Para ello, los observatorios de seguimiento / evaluación y las propuestas alternativas son elementos esenciales que abordan en México Ángel de la Vega Navarro, de la UNAM, y Edigson Pérez Bedoya, director del IPSE de Colombia, en su país. Por su parte, Aziz Galvão da Silva Júnior se centra en los biocombustibles en Brasil. El profundo y circunstanciado estudio de Juan Benavides, hoy en la Universidad de los Andes en Colombia, sobre el gas natural en América Latina y el Caribe, es acompañado por la evaluación global de Miguel Calahorrano del CONELEC de Ecuador sobre las posibilidades de las energías renovables en el subcontinente, que completa el análisis de Juan Avellaner Lacal, uno de los coordinadores del IDAE. Antonio Valero, director de la Fundación CIRCE (Zaragoza) y uno de los coordinadores del estudio, procede a una presentación global, subrayando la importancia de la dimensión pedagógica del proceso energético enlazando con el análisis de Pablo Arenas, de la Universidad de Mendoza, sobre las experiencias argentinas en este punto. Finalmente, Valeriano Ruiz Hernández, de la Universidad de Sevilla, propone un modelo energético sostenible. La conclusión unánime del trabajo realizado fue la propuesta de la creación de una agencia latinoamericana de sostenibilidad energética cuyos dos grandes pilares sean la promoción de las energías renovables y la generalización de la pedagogía de la energía, y que no se limite a observar e informar sobre la realidad sino que de acuerdo con los actores políticos y económicos intervenga en ella.
Tal vez lo más positivo de la reunión de Valencia fue la participación conjunta, después del penoso incidente de la última cumbre entre el jefe del Estado español y el de Venezuela, de representantes de los países que sus críticos califican de problemáticos y de algunas empresas españolas, en especial Iberdrola, con tres participantes, la Agencia Valenciana de la Energía, la sociedad ElectraNatura Servicios, etcétera. Claro que se echó de menos a Repsol, Endesa, etcétera. Pero los presentes probaron que el diálogo positivo es posible en todas las circunstancias y además es necesario en las adversas. En las que estamos. Pues la pujante afirmación de las comunidades indígenas americanas tenía que cuestionar la colonización histórica española y agregada a lo que se ha apostillado de colonización económica actual, problematizar las relaciones de España con América Latina. Y en ello estamos. Estos son tiempos de acciones concretas recíprocamente provechosas, no de declaraciones retóricas ni de ambiciosas intervenciones políticas. Quizás por eso se equivocan quienes critican el bajo perfil y la escasa visibilidad actual de la Secretaría General Iberoamericana. Trabajemos en lo real y demos tiempo al tiempo.
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