Las subvenciones para guardería no logran rebajar el coste del servicio
El precio mensual supera 200 euros pese a que el Consell destina 20,6 millones
La diferencia entre una plaza de guardería subvencionada o no es notable. De pagar 280 o 300 euros a que el gasto mensual familiar se reduzca a 80 euros hay un gran trecho, según las madres trabajadoras asalariadas, autónomas o en paro entrevistadas. Pese a que la Generalitat destinará este curso un total de 20,6 millones en "ayudas directas por alumno matriculado" en alguno de los 256 centros privados y municipales que cumplen los requisitos legales, la factura final de las familias no logra bajar de los 200 euros, en el mejor de los casos.
Las razones son varias. En primer lugar, la desinformación. El no saber ni siquiera si la guardería a la que va está subvencionada o no, es generalizado. Y, segundo, la falta de ventanillas públicas que unifiquen todos los recursos en una misma tarjeta de usuario (desde el cheque escolar municipal, la beca de comedor, las ayudas autonómicas o desgravaciones fiscales) completan esta travesía del desierto. Y, en la práctica, la ausencia de controles administrativos efectivos que favorecen que los "gastos extra" (psicólogos, babys, mochilas, camisetas, material o agendas) incrementen la factura doméstica en otros 180 o 200 al trimestre, lo que sitúa la guardería al mismo nivel de gasto que la hipoteca.
En la Comunidad Valenciana hay más de medio millar de escuelas infantiles, guarderías o ludotecas registradas, pero sólo 256 reciben "ayudas directas por alumno matriculado" (ver lista en www.edu.gva.es/ocd/index.asp/val.subvenciones.htm). La cuantía varía en función de la edad: 283 euros si tiene menos de 1 año; 174 de 1 a 2 años; y 113 si tiene menos 3 años. Antes de mayo, los titulares del centro remiten el nombre de los niños que solicitan plaza. Y, por regla general, "la consejería subvenciona hasta el último niño de la lista, si está dentro de la ratio". Este curso hay 14.469 plazas de primer ciclo subvencionadas. Aunque, la mayoría (9.648) se encuentran en los 169 centros privados autorizados. El resto, otras 4.785, se distribuyen entre 87 guarderías municipales.
Pese al volumen de plazas subvencionadas -se han multiplicado por diez desde 2002- las 14.469 subvencionadas están lejos de las 45.000 prometidas la pasada legislatura. Y más aún de las necesidades de la Comunidad que cerró 2006 con 52.800 nacimientos, según el INE.
La escasez de plazas públicas -reconocida oficialmente- y la creciente demanda permite que las guarderías acaben cobrando prácticamente lo mismo que sin subvención en forma de gastos extra, reconoce la consejería, que advierte de que "las guarderías tienen la obligación de publicitar las ayudas que reciben, y no pueden cobrar por otros conceptos más del 50% del coste tasado de la plaza". En todo caso, emplaza "a los padres a denunciar cualquier incumplimiento o posible irregularidad".
"De pagar 300 euros a 80 hay diferencia"
"La guardería subvencionada es muy barata, lo que pasa es que hay pocas plazas porque tienen prioridad los que ya tienen hermanos en el centro", sostiene Rosa, madre trabajadora de Catarroja donde hay 4 guarderías subvencionadas. "Si eres una trabajadora que ganas unos 600 o 700 euros, la diferencia de pagar 200 o 300 euros a que se te quede en 80 es notable". El problema es que "una vez se corre la voz" -y si "la guardería tiene buena fama"- encontrar una plaza subvencionada, es casi imposible. "Ni aún estando enfrente de mi casa", remata Rosa, que ha visto las colas que se forman de madrugada en la época de matrícula.
"Conozco a una chica, que además la despidieron cuando estaba embarazada, y su madre cuando se enteró de que la guardería estaba subvencionada sacó a su yerno de la cama para que hiciera cola ¡a las 4 de la mañana! Sólo así obtuvo plaza", prosigue Rosa, que ha tenido que sacar a su hijo de la guardería. "Es una locura, las cosas que oyes y ves y haces cuando tienes que llevarlos a la guardería. Todo el mundo se queja de lo caro que es: nadie se escapa de pagar entre 40.000 y 50.000 pesetas al mes (280 y 300 euros), porque además te colocan el uniforme, el chándal, la mochila y hasta un agenda que me acuerdo que valía 12 euros, ¿lo puedes creer, para escribir las veces que ha hecho caca o lo que ha comido al día un niño de meses?".
"Tan caras casi como la hipoteca mensual"
"Normalmente no hay ningún cartel visible en la puerta de la guardería. Ni en las páginas web te informan de si son centros subvencionados o no", confirma Magda, una mamá asalariada con un contrato fijo de 1.800 euros al mes, que lleva a su hijo de 2 años a otra céntrica guardería de Valencia. Al preguntarle por la factura mensual de su centro y las ayudas que hay, responde sin titubeos: "No tenía ni idea de que hay guarderías subvencionadas, y menos que la subvención es por niño matriculado. De hecho, no sé si la mía lo está. Lo preguntaré".
Como Magda, la mayoría de madres consultadas en las puertas de las guarderías de Valencia no tiene ni idea de si están subvencionadas o no. En el caso de Magda, no lo está. Pero, varias de las mamás entrevistadas se han encontrado con que al cotejarlo sí lo están. "Las guarderías, en muchos casos, no informan de que el puesto escolar está subvencionado", comentan. Pero tienen unos precios que van desde los 280 a los 400 al mes "por un horario normal, de 9 de la mañana a 5 de la tarde".
Sin contar que los "gastos extra" cada dos o tres meses suponen un desembolso de otros 180 y 200 euros más para material de trabajo, psicoterapeuta o psicólogo, mochila, baby camiseta del centro, etcétera, asume Magda. La factura mensual de su guardería le supone casi la cuarta parte del salario. "Casi tanto como la hipoteca".
"Hay ayudas, pero te buscas la vida solita"
Teresa, de treinta y pico años, es filóloga en paro, con una hija de 19 meses que va a la guardería. Al estar en la bolsa de trabajo necesariamente tiene que llevar a su hija a una escuela infantil, ya que no puede planificar ni saber cuándo la llamarán para hacer una sustitución ni por cuánto tiempo. Sus ingresos no llegan a 400 euros, ya que lo único fijo que tiene es el subsidio del paro. "Si vivera sola con ella, lo tendría bastante difícil, porque mi trabajo es temporal y mis ingresos intermitentes. Con lo que me dan por el paro no podría pagar ni el alquiler de la vivienda. Si no tuviera a mi pareja, lo pasaríamos mal. Muy mal".
Teresa ha recurrido a todo: a solicitar el cheque escolar, buscar una guardería subvencionada y optar desgravaciones fiscales... Lo que hacen casi todas las mujeres con hijos menores para compaginar su inserción laboral y su realidad familiar. "Entre el cheque escolar y la subvención de la Generalitat al final se me queda la mensualidad, que era de 280 euros, en 19 euros". Pero no es así en la mayoría de casos. "La verdad es que te tienes que buscar la vida tú solita. Yo sé que existen esas ayudas, pero nadie te informa. Prácticamente no nos enteramos... hay que indagar, preguntar, buscar. Y eso que yo vivo con una persona del mundo educativo, pero, ¿qué pasa con la gente normal? Es difícil y hay que dar muchas patadas", resume.
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