Gallardón y el Thyssen llegan a un acuerdo

La guerra entre la baronesa Thyssen y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha terminado. El ministro de Cultura, César Antonio Molina, adelantó que el Ayuntamiento y el Museo Thyssen llegaron ayer a un acuerdo definitivo para la reforma del eje Prado-Recoletos a su paso por la pinacoteca.

Junto al Thyssen sólo habrá tres carriles para el tráfico, en lugar de los cinco que preveía el plan municipal presentado en noviembre. Los dos carriles que se eliminan de ese costado de la vía pasan a la de enfrente. O sea, que desde Neptuno hasta Cibeles (o lo que es lo mismo: del hotel Ritz al despacho del alcalde) se reduce la acera con respecto al proyecto anterior. Una decisión que convierte al plan en una gota de agua del presentado el pasado septiembre: "Son muy parecidos, sí", confirmó el regidor.

En una reunión entre técnicos de las dos instituciones la semana pasada, forzada por el ministerio, se decidió volver al anterior proyecto.

Tras meses de desencuentros muy sonados entre las partes implicadas -incluida una amenaza de la baronesa Thyssen de trasladar la colección- y el esbozo de hasta ocho propuestas distintas, la baronesa y el alcalde confirmaban que ya sólo falta la aprobación de la Comunidad de Madrid.

Descartado el túnel

Pero es un paso no tan sencillo como aparenta. El Ejecutivo regional es partidario de construir un túnel entre Atocha y Cibeles para absorber todo el tráfico de la zona. En su opinión, la propuesta actual genera "problemas de movilidad". El alcalde insistió ayer en que el túnel está desechado. Se apoya en unos informes elaborados en la Universidad Politécnica, que dicen que su construcción arrasaría con todos los árboles del paseo.

Fuentes del Museo Thyssen aseguran que en la negociación plantearon reducir a sólo dos carriles el tráfico, pero que, "con el ánimo de facilitar una solución que permita salvaguardar las necesidades mínimas del museo", habían aceptado finalmente dejar el proyecto en lo que hoy se ha hecho público.

Una foto que reduce drásticamente el tráfico. Hasta un 37% entre Neptuno y Cibeles, según calculó en su día el Ayuntamiento. La propuesta consensuada "conserva igual capacidad de absorción de coches que la anterior, lo que era un tema capital", confirmó ayer Gallardón.