Autorizadas las excavaciones en la catedral de Tarragona
Los arqueólogos hallan indicios del templo de Augusto
El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, anunció ayer que por primera vez van a realizarse catas arqueológicas bajo la nave central de la catedral para confirmar la existencia del templo de Augusto, el mayor monumento de Tarraco que queda por localizar. Pese a que unas recientes prospecciones geofísicas dejan "poco espacio para otras interpretaciones", los arqueólogos que desde septiembre trabajan en su búsqueda bajo el suelo catedralicio se negaron ayer a dar el hallazgo por confirmado hasta que no excaven.
Las prospecciones geofísicas muestran lo que parecen los cimientos del templo
Un equipo científico ha conseguido imágenes tridimensionales del subsuelo de la catedral tarraconense que confirman la existencia de una estructura rectangular de 25 por 40 metros, cuyas dimensiones coinciden con este misterioso templo de ocho columnas en su fachada principal que quedó grabado en monedas romanas, pero que ha resultado esquivo para todos los arqueólogos que han querido localizarlo hasta ahora. El director del Museo Bíblico de Tarragona, Andreu Muñoz, explicó: "Estamos teniendo unos resultados optimistas que permiten ver una unidad estructural de dimensiones importantes". Aunque dio por hecho que estos restos son los cimientos del antiguo templo, pidió tiempo y "cautela" para poder confirmar el hallazgo.
Ya está probado que la explanada en la parte más alta de la ciudad que sirvió como campamento militar romano durante la conquista de Hispania se convirtió luego en una plaza porticada, el llamado Fórum Provincial. La hipótesis de Muñoz es que justo en el centro de esta plaza se hallaría el templo de culto al emperador que una delegación de notables de Tarraco pidió construir a Tiberio, el sucesor de Augusto, a comienzos del primer siglo de nuestra era. Otra posibilidad es que este edificio se trate de un punto de reunión de la administración romana de la provincia tarraconense. A partir del siglo V, con la oficialización de la religión cristiana, los templos paganos fueron destruyéndose y sus piedras habitualmente sirvieron para formar nuevos templos. Esto es lo que pudo ocurrir en Tarraco, según el equipo investigador, que presupone también que el templo romano fue sustituido por la catedral visigoda y, posteriormente, por la actual.
El arzobispo dio ayer su visto bueno para que, aprovechando unas próximas obras de restauración de la catedral que supondrán una limitación temporal al culto religioso, los arqueólogos ahonden en la investigación y, mediante catas selectivas, excaven bajo la nave central.
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