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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Incógnitas a la carta

La crisis política de Bélgica afecta a la marcha de su economía

Bélgica sigue con un Gobierno provisional 180 días después de las elecciones. Todos los analistas coinciden en que la inestabilidad institucional terminará afectando a la economía belga, aunque, de momento, nadie se atreve a ponerle números a esta crisis. Los mayores problemas vendrían derivados de la credibilidad internacional de la economía, aunque ya se intuyen algunos síntomas de ralentización en las tasas de crecimiento y posibles desajustes en la recaudación estatal.

El propio gobernador del Banco Central, Guy Quaden, ha señalado que, de persistir la crisis, podría tener severos efectos en la economía. No obstante, Quaden ha reconocido que el principal problema en la actualidad es la imagen exterior de la economía ya que, de momento, las compañías siguen haciendo negocios en el país y que "los trabajadores siguen en sus puestos". Por su parte, los empresarios creen que la "crisis política hipoteca la economía de Bélgica".

El PIB de Bélgica creció un 0,4% durante el tercer trimestre, dos décimas menos que el 0,6% registrado durante marzo-junio de este año
Los mayores problemas vendrían derivados de la credibilidad internacional del país, y ya se intuyen síntomas de ralentización del crecimiento

En la incertidumbre

Los datos de Eurostat revelan que el PIB de Bélgica creció un 0,4% durante el tercer trimestre, dos décimas menos que el 0,6% registrado en el periodo marzo-junio de este año. Del mismo modo y en términos interanuales, el crecimiento del PIB ha caído desde un 2,8% hasta el 2,5%. Estas cifras coinciden con la incertidumbre de la formación de Gobierno, paralizada desde las elecciones de junio de este año. Los mismos analistas creen que esta ralentización se seguirá manteniendo durante el último trimestre del año.

La propia Comisión Europea pronosticaba hace dos semanas que el país crecería un 2,7% este año y un 2,1% en 2008. Estas previsiones están tres décimas por debajo de las registradas a mediados de año. La OCDE reconocía en un informe de febrero de este año que el país crecía de manera robusta y que se estaban realizando importantes avances en las reformas estructurales y después de elevar su PIB un 2,8% durante el pasado curso.

No obstante, la crisis política sumada a las debilidades de una ralentización económica inesperada han rebajado todos los pronósticos. Bélgica es, según un estudio de PricewaterhouseCoopers, uno de los países europeos donde se pagan más impuestos, un obstáculo que se suma a las esperadas reformas para dinamizar el sistema de pensiones y el mercado laboral. Unas transformaciones que están paralizadas mientras no exista un nuevo Gobierno oficial.

Deuda y déficit

Un tercer punto que podría afectar la ausencia de un nuevo Ejecutivo son los planes de racionalización fiscal del Estado. De momento, el Gobierno provisional no puede cumplir con la planificación para aumentar los ingresos fiscales, lo que afectará los planes de seguir reduciendo la deuda y déficit fiscal. Bélgica se había propuesto cerrar el año con un superávit del 0,3% del PIB; no obstante, la consultora Fitch ha pronosticado un 0,3% del PIB de déficit para este año y un 0,4% para 2008.

Los esfuerzos del Ejecutivo belga también se han hecho sentir en la deuda. Este indicador se ha reducido desde el 94% del PIB en 2004 hasta el 86,6% en 2006. Los datos del Banco Central belga indican, además, que esta cifra podría reducirse hasta el 84,1% en 2007 y al 81,4% en 2008. Bélgica es uno de los países con mayores niveles de deuda pública de la eurozona. Considerando estas cifras entre otros indicadores, la consultora Fitch ha señalado esta semana que no ve indicios de crisis económica en el país y que, de momento, no rebajarán su clasificación de riesgo internacional.

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