Casas con vistas a la alta tensión
Dos empresas venden con publicidad engañosa en Loeches 80 pisos situados junto a la mayor subestación eléctrica de Madrid
La legislación española prohíbe colocar instalaciones eléctricas en zonas de viviendas. Sin embargo, no dice nada si el caso es el contrario, como sucede aquí. La subestación se construyó en 1988. No había nada alrededor. Después, al otro lado de la carretera se levantó el colegio Mont-fort, una mala decisión, según los expertos.
Las constructoras Almenara y Larvin, que tienen previsto entregar los pisos en 2010, no mencionan la peculiar ubicación de las viviendas en sus folletos publicitarios ni en su página web. De hecho, en la página de Almenara se incluye un mapa de situación en el que se ha borrado de un plumazo la subestación. Una infraestructura que no es cualquier cosa. Se trata de una de las seis subestaciones de transporte de energía eléctrica que conforman el anillo principal de alimentación a Madrid. Los más de un millón de personas que viven en el este de Madrid, incluyendo los distritos de Vallecas y Vicálvaro, dependen de ella.
Además, está unida a la red mallada peninsular (tiene ocho circuitos de 200 kilovatios y cuatro de 400 kilovatios, la máxima tensión). Es considerada "esencial" para el suministro de la Península. Pero en la promotora lo minimizan. La instalación "queda lejos de los pisos", dicen, y agregan: "A unos 400 metros". Aunque reconocen que se ve desde las viviendas. Pero porque "los edificios son altos".
"Luego crearán asociaciones y dirán que da cáncer", dicen fuentes cercanas a Red Eléctrica Española.
Desde la Consejería de Ordenación Territorial y Medio Ambiente se recuerda que es un plan parcial, aprobado en 2005, que "cuenta con todos los informes positivos de los departamentos, que se elaboran con criterios objetivos, como por ejemplo los metros que debe haber en el pasillo eléctrico, que es la distancia con las torretas". También debe contar con un visto bueno del Ministerio de Industria. La Comunidad no descarta investigar a la promotora.
Unos criterios que no causan problemas a Almenara porque, ya se sabe: "Están soterrando las torretas".A la izquierda de donde se ubicarán las viviendas, las bobinas se enroscan mientras las enormes torres con cables de acero chispeante vigilan la carretera que une Loeches con Velilla de San Antonio. Ochenta pisos con vistas, a algo más de 30 kilómetros de Madrid y desde 252.000 euros. La subestación de red eléctrica más importante para el suministro de la capital, el cruce de cables de alta tensión más denso de la región, es el paisaje contiguo a las obras de construcción de una urbanización, Valdepozuelo, en el pequeño pueblo de Loeches (5.000 habitantes). Eso sí, con jacuzzi y piscina.
¿Y las torretas que jalonan la urbanización? "De eso no se preocupe, porque las están soterrando", dice la operadora que da información de Almenara desde una caseta pegada a la instalación. Mentira. En España, recuerdan los expertos, casi no hay alta tensión soterrada, excepto algún caso como en la T-4 de Barajas, que costó más de un millón de euros. Es una obra colosal que incluye hacer una zanja del tamaño de una autopista de cuatro carriles.
Una situación "absurda", según los expertos, que se debe a una recalificación del Ayuntamiento de este pequeño pueblo del sureste de la región con la aquiescencia del Gobierno regional. Los terrenos que rodeaban a la subestación eran propiedad de Red Eléctrica Española, que los compró en previsión "del urbanismo acechante". Pero el Consistorio de Loeches, en aras del "urbanismo acechante", le ha arrebatado esos 50.000 metros cuadrados mediante la fórmula de compensación. Una decisión recurrida por la compañía, que está a la espera de fallo. Las entidades demandadas por la empresa son la Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento de Loeches y Valdemera Agropecuaria, adjudicatarias de las obras. El plan parcial se llama SAU4, y la urbanización será bautizada como Valdepozuelo.
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