A Merca aviva la memoria de Miguel Ángel Blanco
La familia trasladó en secreto desde Ermua los restos del edil asesinado
Los vecinos y familiares de Miguel Ángel Blanco, el edil del PP asesinado por ETA hace diez años, volvieron a rendirle ayer homenaje. Esta vez ante sus restos mortales, que la familia trasladó en secreto el pasado fin de semana desde Ermua, donde tuvieron su domicilio hasta hace poco, a su pueblo natal de A Merca. "No quisieron darle publicidad a ese acto porque era algo muy íntimo y porque además en Ermua Miguel Ángel era muy querido y los vecinos se volcaron con ellos, así que era difícil trasladarlo aquí", comenta su tío, Aurelio Garrido, con la emoción contenida ante la tumba en la que descansan ya los restos de su sobrino y acompañado por casi medio centenar de vecinos.
El Ayuntamiento ha tenido que parar su proyecto de crear el Parque de la Paz
El alcalde quiere que la Xunta financie los 300.000 euros de la obra
Los padres de Miguel Ángel Blanco cumplieron su propósito inicial. "Siempre quisieron tenerlo aquí", en el panteón familiar, señala Garrido, "pero, claro, estar aquí hoy significaba también para ellos empezar desde cero, revivirlo todo de nuevo y a mi hermana [la madre de Blanco] la acaban de operar y necesita reposo".
La emoción por el recordatorio de la muerte del concejal, una década después, aumentó con la coincidencia del atentado perpetrado por ETA el sábado. Aurelio Garrido expresa su malestar. "Si dejaran de criticarse tanto...", dice en alusión a los partidos políticos. "No tengo duda ninguna de que si todos estuvieran unidos habrían acabado ya con el terrorismo". Su opinión la comparte el alcalde de A Merca, Manuel Velo (PP), quien apela a la cordura política y a la unidad al tiempo que invoca el espíritu de Ermua.
Velo está volcado con los continuos homenajes a Miguel Ángel Blanco. Le ha puesto dos esculturas, obras del artista orensano Xosé Cid, en la explanada de la iglesia, inauguradas el pasado mes de julio, coincidiendo con la celebración del décimo aniversario del asesinato. Pero ahora el Ayuntamiento ha tenido que paralizar el proyecto de creación del Parque de la Paz que ha prometido construir en el monte de A Rodela, en el mismo Faramontaos. "El proyecto sigue en marcha, pero tenemos problemas de dinero", explica el regidor, quien destaca que tanto el Ayuntamiento como el presidente provincial de su partido y de la Diputación, José Luis Baltar, están "volcados en ello".
De momento, el tío de Blanco, Aurelio Garrido, ha cedido ya al Ayuntamiento 2.000 metros cuadrados en ese monte. El alcalde había previsto destinarle otro monte anexo de propiedad municipal, pero no pudo porque era zona de castros, protegida por Cultura. La idea de la corporación local es instalar en esa montaña que circunda al pueblo de Faramontaos un nuevo monumento.
"Queremos que Xosé Cid haga una nueva escultura con las letras M y A de unos ocho o nueve metros de altura". Pero para realizar esta obra, explica el regidor, "son necesarias muchas toneladas de granito y además queremos que las letras estén iluminadas continuamente con un chorro de luz tan grande que las haga visibles desde toda la comarca de Terras de Celanova". El diseño incluye un jardín y alguna fuente. "Será un homenaje a todas las víctimas del terrorismo, pero singularizado en la persona de Miguel Ángel", precisa. Velo calcula la inversión en 300.000 euros, que confía que financie la Xunta.
Mientras, los vecinos comentan la contrariedad de la demora ya que los padres de Blanco acumulan los instrumentos musicales que tocaba el edil desaparecido, apuntes de su carrera, libros y otros objetos personales que han decidido ceder al futuro Parque de la Paz y que su padre guarda en un bajo de Ermua que quiere poner a la venta.
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