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El PP anuncia bajadas de impuestos sin cumplir las prometidas en mayo

Las cuentas municipales para 2008 aplazan medidas del programa electoral

"Medio millón de gallegos tendrán reducciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). A cada descalificación de Touriño y de Quintana, el PP responderá con una propuesta para beneficiar a los gallegos y hoy nos comprometemos a bajar los impuestos municipales, para que quienes menos tienen paguen menos".

La frase es del presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, y acaparó titulares de prensa durante los primeros días de la campaña previa a las elecciones municipales del pasado 27 mayo. Para contrarrestar los anuncios que los líderes de PSdeG y Bloque lanzaban desde San Caetano, el presidente del PP gallego contrajo promesas en política social y rebajas impositivas para los ayuntamientos con gobierno popular que, cinco meses después de celebrados los comicios, sus alcaldes están lejos de cumplir.

Durante la primera semana de campaña, Feijóo anunció que los municipios del PP aplicarían rebajas en el IBI a colectivos desfavorecidos -similares a las que hoy presentará de nuevo junto a los alcaldes de su partido- y que ningún ayuntamiento ha puesto en marcha. Aquella batería de medidas sociales preveía reducciones en el IBI, del 40% a los jubilados, del 35% a las familias con algún miembro discapacitado, del 20% a las rentas inferiores a 20.000 euros y del 50% para los perceptores de la Renta de Integración Social de Galicia, hasta conseguir bonificaciones fiscales para 500.000 gallegos.

Unos compromisos que no están hallando hueco en las ordenanzas municipales que estos días aprueban los alcaldes populares. Ribeira y Lalín, los dos ayuntamientos con más población en los que el PP ha revalidado sus cómodas mayorías absolutas, no han desarrollado una sola de las medidas anunciadas por Feijóo en mayo, ni tampoco las contemplan para el año próximo.

Del plan para fomentar el alquiler que obligaba a los municipios del PP a establecer ayudas de entre un 10% y un 20% del recibo a los arrendatarios nadie se acuerda. Y sólo el alcalde de Lalín, Xosé Crespo, ha aprobado reservar un 30% del suelo para vivienda protegida.

Pero su decisión se produjo mucho antes de que Feijóo prometiese dedicar a pisos protegidos entre un 25% y un 50% de la superficie urbanizable. Crespo, que diseñó su campaña al margen del partido y con lema propio, cree que aquellas promesas partían de "un acuerdo marco" al que luego cada candidato debía aplicar su metodología. Pese a todo admite que los anuncios iban en la "dirección adecuada".

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En Sanxenxo, otro de los ayuntamientos estratégicos para el PP, la nueva regidora, Catalina González -famosa por adjudicarse un sueldo de 84.000 euros al año, que su partido le obligó a rebajar hasta los 64.000 cuando se descubrió que era la alcaldía mejor pagada de Galicia-, tampoco programa en sus cuentas de 2008 el contrato social de Feijóo y se ha limitado a incrementar las tasas municipales al mismo ritmo que el IPC.

Aquella promesa electoral no ha llegado a las villas medias y mucho menos a los municipios pequeños, la mayoría ahogados económicamente y con más de una dificultad para cuadrar los presupuestos. Lo admite el alcalde de Pontecaldelas y representante del PP en la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Perfecto Rodríguez, quien reconoce que son medidas "imposibles de aplicar de forma automática en todos los ayuntamientos, porque cada uno parte de realidades diferentes".

En Pontecaldelas, por ejemplo, Rodríguez, un valor en alza en el PP, tampoco ha plasmado en su programa las promesas de mayo, si bien el ayuntamiento ha aprobado bonificaciones del 25% en el impuesto de bienes inmuebles para familias numerosas, adelantándose a un nuevo anuncio de Feijóo que coincide con la precampaña de las elecciones generales.

El representante del PP en la Fegamp, cree, sin embargo, que las nuevas reformas anunciadas por el presidente regional del partido "sí serán asumibles", porque los pueblos pequeños "deben fomentar la natalidad, que casi siempre es más rentable para el municipio, que el cobro del impuesto". Respecto a las bonificaciones en el impuesto de plusvalía, comprometidas también por Feijóo, se muestra partidario de estudiar la situación fiscal de cada municipio porque en muchos de ellos el impuesto ni siquiera se aplica. Y menos incidencia, reconoce, tendrán las reducciones en el impuesto para los vehículos ecológicos, que todavía son novedad en los ayuntamientos pequeños.

Otros alcaldes consultados de municipios pequeños, se muestran escépticos con los anuncios electorales. "Tal y como están los concellos, buena falta nos hacen los pocos impuestos que cobramos", dicen.

Sin noticias de las diputaciones

Sin poder en San Caetano, y ajeno a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, Feijóo también echó mano en los días previos a las municipales de las diputaciones para anunciar "el primer programa electoral para los organismos provinciales". Rodeado de los presidentes de Ourense, José Luis Baltar, y Pontevedra, Rafael Louzán, y de los aspirantes a serlo en Lugo, Xosé Manuel Barreiro, y en A Coruña, Juan Juncal; el líder del PP escenificó en un hotel de Santiago sus planes de futuro para estas instituciones con un puñado de ofertas concretas de las que tampoco hay noticias en las diputaciones de Pontevedra y Ourense, donde el PP siguió mandando tras el 27 de mayo.

Feijóo preconizó nuevas políticas "que nunca antes habían diseñado los entes provinciales" y anunció que en los próximos cuatro años éstos promoverían pisos protegidos allí donde los ayuntamientos no pudieran hacerlo. También comprometió su ayuda para que los técnicos de urbanismo de las diputaciones echasen una mano a los municipios con menos población a la hora de redactar los planes generales. Seis meses después de los comicios, ni la delicada situación económica de las diputaciones (entre las cuatro acumulan una deuda de 263 millones con un presupuesto anual de 530), ni los planes conocidos de Baltar y Louzán anticipan una nueva política de vivienda.

El segundo gran anuncio de Núñez Feijóo para "un programa inédito en España" profundizaba en la idea reiterada por Rajoy en Madrid de contraponer la enseñanza del inglés a cualquier reivindicación nacionalista. El presidente del PP gallego anunció que en cada provincia rehabilitaría una aldea abandonada para que profesores nativos pudieran explicar a los alumnos gallegos la lengua de Shakespeare en los períodos vacacionales. Que se sepa, las diputaciones de Ourense y Pontevedra no preparan nada parecido.

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