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Columna
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La bahía no se cierra

La Bahía de Cádiz lleva años en crisis. El declive del transformado metálico, o industria metalmecánica como se le llama ahora, situó la provincia en unos alarmantes índices de paro. Se sucedieron distintas crisis industriales a pesar del apoyo público vía ZUR (Zona de Urgente Reindustrialización) o ZAE (Zona de Actuación Especial, los instrumentos de incentivos que se arbitraron en su momento. Tabacalera, hoy Altadis y mañana no se sabe, entró en franca regresión. CASA, hoy Airbus, pasa de la euforia a la depresión de manera alternativa: cerró su fábrica de Cádiz y tenía prevista la ampliación de la de Puerto Real cuando llegó la crisis del Consorcio Aeronáutico europeo, hoy al parecer superada pero con el riesgo para sus planes que supone la revalorización del euro. Los Astilleros fueron siempre la principal fuente de empleo en la Bahía en donde llegaron a trabajar más de 20.000 personas a través de sus tres plantas de Cádiz, Puerto Real y San Fernando. Desde 1978 vive crisis sucesivas con gran repercusión en el empleo, varias huelgas generales y un notable eco en los medios de comunicación. Tras el fracaso del proyecto de Izar el PSOE se encontró nada más llegar al poder en 2004 con la papeleta de las directrices europeas para cerrar dos de las tres plantas de la Bahía, ya que se vulneraban las normas comunitarias. Una eficaz combinación de lucha popular y de gestiones ante el Gobierno por parte de los dirigentes socialistas andaluces llevó a un acuerdo por el cual todas las factorías pasaban al sector militar y se creaba Navantia. Hoy es una feliz realidad que genera empleo y futuro, aunque ahora con un tercio de los trabajadores que tuvo. Una sorpresa para los que pensamos en su momento que era muy difícil salvar las tres factorías. Por otra parte, la planta de Dragados Offshore de Puerto Real desarrolla una tecnología que la hace única en el mundo, con importantes carteras de pedidos para plataformas petrolíferas y barcos extractores de crudo.

"Parece que los malos augurios se van de la Bahía y que no estamos abocados todos a la hostelería"

Y en eso llegó Delphi. Se veía venir una crisis en esta multinacional de los componentes de automoción dados los elevados salarios, el absentismo laboral y la mala gestión de sus directivos. Las pérdidas acumuladas ya habían hecho que la Junta inyectara dinero para un acuerdo industrial que al final no se cumplió. El anuncio de cierre provocó un cataclismo en la Bahía, donde volvieron los negros presagios de años atrás. La alcaldesa de Cádiz y el alcalde de Puerto Real, del PP e IU, respectivamente, no dudaron en usar a los trabajadores en la campaña electoral de las municipales de mayo pasado, con importantes réditos políticos. Al final hubo acuerdo y los plazos para las indemnizaciones, subsidios de desempleo y formación se han ido cumpliendo. Ahora llegó el turno para la creación de empleo, recolocación incluida de los ex trabajadores de Delphi, privilegiados con respecto al resto de los parados de la comarca. Se ha creado el Consorcio Las Aletas para formar un gran parque industrial y tecnológico en unas 500 hectáreas de la antigua marisma desecada, al pie de la autopista de Sevilla, del ferrocarril y cerca del muelle de La Cabezuela. Será el tercer gran parque industrial de Andalucía. Y ahora le ha llegado el turno al Plan de Industrialización de la Bahía. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía se reunió el martes pasado en Cádiz para aprobar el citado Plan, dotado con 1.600 millones de euros, la más importante inyección de apoyo al empleo que se recuerda. Y se anunciaron la instalación de ocho empresas con la creación de 2.000 puestos de trabajo. La buena noticia es que son empresas medianas. Y la mala es que ninguna es de empresarios gaditanos. Pero parece que los malos augurios se van de la Bahía y que no estamos abocados todos a la hostelería. A pesar de que Las Aletas y el Plan Industrial están ampliamente dotados y negociados con los agentes sociales, a pesar del compromiso del presidente de la Junta y del ministro de Industria, desde la alcaldesa de Cádiz y candidata al Congreso por el PP se despacha el asunto con desprecio. Para qué decir de Javier Arenas, que todo le parece poco y tardío. Es evidente que el acelerador ha sido la crisis de Delphi, con lo que se ha convertido un problema en una oportunidad, como en su día dijo Antonio Fernández, consejero de Empleo de la Junta de Andalucía.

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