Un parón inesperado
La economía francesa no crecerá más allá del 2% durante 2007
Unos 400 millones de euros por cada uno de los nueve días que duró la huelga. Éste es el coste oficial que ha debido afrontar la economía francesa por los paros del transporte finalizados la semana pasada. No obstante, detrás de estas paralizaciones y su puntual efecto sobre el producto interior bruto (PIB) trimestral, se encuentra el debate sobre el modelo de crecimiento que quiere Francia en el futuro: un Estado fuerte con grandes prestaciones sociales frente al modelo de Nicolás Sarkozy, que apuesta por liberar al fisco de su enorme peso en la economía.
Los últimos datos disponibles indican que el PIB de Francia creció un 0,7% en el tercer trimestre de 2007 comparado con el periodo marzo-junio. Gracias al aumento del consumo de los hogares y en medio de la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos, el crecimiento francés parecía mostrar síntomas de mejora después de haberse elevado sólo un 0,3% en el segundo trimestre. Con estos datos, el Ejecutivo llegó a pronosticar un crecimiento de 2%-2,5%.
Los especialistas advierten que la disputa entre los sindicatos y Sarkozy se ha saldado con un triunfo para el plan de reformas del presidente
La economía francesa creció un 0,7% durante el tercer trimestre de 2007, frente al periodo marzo-junio de este mismo año
Dudas del Banco de Francia
No obstante, las previsiones del Banco de Francia son menos alentadoras. Según sus estimaciones, la economía francesa crecería el 0,6% en el cuarto trimestre. Con esto, el crecimiento del PIB anual se situaría en una media del 1,9%. Por su parte, el instituto de estadísticas local (INSEE) prevé un crecimiento algo menor del 0,5%, según ha publicado en su informe trimestral de coyuntura del mes pasado.
Frente a estos últimos datos y precisamente por el efecto de los nueve días de huelga de transporte, hay algunos analistas que reducen la previsión trimestral en, al menos, una décima. La ministra de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, lo ha estimado en un mínimo de 2.000 millones de euros, equivalentes a entre 0,1 y 0,2 puntos del PIB trimestral. Mientras, el presidente de la Confederación General de Pequeñas y Medianas Empresas (CGPME), Jean-François Roubaud, calculó el coste en unos 3.500 millones de euros, entre 0,2 y 0,3 puntos del PIB.
Independientemente de los efectos coyunturales para la economía francesa, todos los especialistas advierten que la disputa entre los sindicatos y Nicolás Sarkozy se ha saldado con un triunfo para el plan de reformas estructurales del presidente. La lucha se centró en la eliminación de los regímenes especiales de pensiones de los funcionarios ferroviarios, una reforma que en su conjunto no representará un gran alivio para las arcas estatales, pero que tiene un gran valor simbólico.
Mínimas concesiones
Esta reforma seguirá adelante con concesiones mínimas, lo que abre la puerta para una serie de modificaciones en el sistema pensiones y en el aparato público. ¿El objetivo? Aligerar el peso del Estado y dar un respiro a sus asfixiadas cuentas públicas. El propio presidente del Banco Central Europeo, el francés Jean-Claude Trichet, ha advertido que Francia debe hacer mayores esfuerzos para controlar sus finanzas.
El déficit fiscal del país se situará este año en el 2,4% del PIB, una importante reducción respecto a años anteriores. Pese a ello, Trichet ha advertido que el gasto público en Francia será este año el mayor de los países de la eurozona y de toda la Unión Europea. Desde 2002 y durante tres años consecutivos, Francia vulneró sistemáticamente el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea, un indicador que se ha convertido en el mayor dolor de cabeza de la economía francesa. La deuda del Estado ronda el 66% del PIB.
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