La inflación llega al 3% en la eurozona, la mayor desde 2001
El diferencial con España se amplía a 1,1 puntos
Al final, la subida del petróleo, con precios que han rozado los 100 dólares por barril en las últimas semanas, ha pasado factura. La inflación de la zona euro alcanzó en noviembre un incremento anual del 3%, según la estimación rápida difundida ayer por Eurostat. El salto ha sido espectacular desde el pasado septiembre (entonces estaba en el 2,1%), y es el tirón más alto de los precios desde mayo de 2001. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, manifestó su preocupación porque "aunque ya habíamos advertido de los riesgos, los resultados han superado las previsiones".
En la presentación de las previsiones económicas del pasado otoño, Almunia ya indicó que "los riesgos inflacionistas habían aumentado claramente". Según los análisis de la Comisión Europea, la subida de los precios se debe fundamentalmente al tirón del petróleo y al de los alimentos, especialmente los cereales. Estos últimos han acusado el impacto de las malas cosechas en Ucrania y Australia, y al aumento de la demanda de países emergentes como China.
Los dos países que han encajado peor el impacto del alza del petróleo y los alimentos son, según el indicador armonizado, España, con un 4,1%, y Alemania, con un 3,3%. La evolución más significativa es la de la inflación alemana: en octubre, aguantó el embate de las materias primas y se mantuvo estable (2,4%) y por debajo de la media de la eurozona. Pero ahora se ha estirado en casi un punto, superando el promedio del área.
Repunte en Alemania
En el caso alemán, al alza del petróleo y los alimentos se suman el impacto retardado de la subida de 3 puntos del IVA y el aumento de las tasas académicas acordado en muchos landers. En general, la inflación de los países europeos también refleja los llamados "efectos de base", producidos al compararse los precios de los últimos meses con los mismos del año anterior, cuando los repuntes eran mucho más bajos.
Los datos ofrecidos ayer por Eurostat dejan el diferencial de inflación de España con la zona euro en 1,1 puntos porcentuales, una décima más que en el mes anterior.
La recrecida de los precios agudiza el dilema del Banco Central Europeo, (BCE) que el próximo jueves deberá afrontar una decisión sobre los tipos de interés, ahora en el 4%. Una inflación del 3% supone una seria desviación de los objetivos fijados del BCE, que ha establecido una senda de crecimiento anual de los precios del 2%. Desde esta perspectiva, un aumento disparado de la inflación reforzaría las tesis de los partidarios de un alza del precio del dinero. Por el contrario, la falta de liquidez y endurecimiento de las condiciones de los préstamos avalan las posiciones de quienes defienden bajar el precio del dinero para no estrangular el crecimiento económico, que cada día tiene más dificultades de financiación.
En relación con el crecimiento económico, Eurostat confirmó ayer los datos de crecimiento del tercer trimestre que fue del 2,7% en la zona euro y 2,9% en el conjunto de la Unión Europea, sobre todo gracias al impulso de las inversiones de las empresas. Este buen dato del crecimiento contrasta, sin embargo, con la caída del Indicador del Sentimiento Económico, que bajó dos puntos en la zona euro y 1,2 en la UE. El deterioro más serio se registró en Reino Unido (5 puntos menos), Italia (4,3), Francia (0,4) y España (0,2).
En el sector de la construcción, el indicador de confianza registró una fuerte caída, especialmente por el arrastre de España que sufrió una caída de 14 puntos, mientras que en Reino Unido y Alemania, crecieron tres y dos puntos respectivamente. Por otra parte, en el sector de los servicios también se registraron importantes descensos. Sobre todo, en Italia (17 puntos), Reino Unido (9) y España (5).
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