Los empresarios aseguran que no son "victimistas"

Es el momento de reivindicarse como empresarios y de cerrar filas. Éste es el mensaje que lanzaron ayer los presidentes de las organizaciones vinculadas a la patronal catalana Fomento, reunidos en Girona, donde señalaron los grandes males que acucian a la economía catalana, siempre debidos a causas ajenas a la empresa: trabas administrativas, falta de inversión en infraestructuras, un sistema educativo que no funciona, absentismo laboral y baja productividad, entre otros.

Críticas a las trabas burocráticas y a la poca inversión en infraestructuras

En una jornada bautizada como Cumbre de Reivindicación Empresarial Catalana, el presidente de Fomento del Trabajo, Juan Rosell, recalcó que los empresarios no son "victimistas" en sus reclamaciones de mayor inversión del Estado en Cataluña y aseguró que hacen "autocrítica" a diario, a propósito de un documento del Círculo de Economía en el que se reclamaba más autocrítica. Rosell aseguró que los empresarios no quieren "subvenciones", pero tampoco "impedimentos", y defendió las cifras de inversión en Cataluña que su patronal presentó hace unos días. "Sólo queremos informar y nos basamos en fuentes sólidas", recalcó.

Para abordar el futuro del país, Rosell pidió "mucha pedagogía y autocrítica", y añadió: "Es lo que hacemos los empresarios cada día". El presidente de Fomento también criticó el sistema educativo y pidió una nueva reforma del mercado laboral y, especialmente, una "gran reforma" de la función pública "sin miedos, aunque haya que hacer una reestructuración del sector, no pasa nada, hay que empezar a decir estas cosas".

Antoni Abad, presidente de la vallesana Cecot, apeló al "instinto de supervivencia" y aseguró que los empresarios están "en rebeldía positiva". "Ahora toca decir las cosas por su nombre, con educación, pero con la máxima exigencia; es tiempo de moverse, de reivindicar. Necesitamos coraje político" recalcó.

Por su parte, el presidente de la Federación de Organizaciones Empresariales de Girona (FOEG), Joan Fausto Martí, criticó la burocracia y las trabas administrativas que, en su opinión, "ahogan" a los empresarios. Joan Simó, presidente de la Confederación Empresarial de Lleida (Coell), habló de infraestructuras y cifró en 6.000 millones de euros el déficit de inversiones acumulado en 10 años.

También aseguró que ha llegado el momento de exigir al Gobierno español un pacto estratégico de energía. Sebastià Cabré, presidente de la Confederación Empresarial de Tarragona (Cepta), cargó contra el mundo universitario, al que calificó de endogámico, "centrado en publicar artículos y no en transferir los conocimientos a la empresa". Cabré emplazó a los empresarios a ser "más anárquicos, menos ordenados, e ir con banderas a la plaza de Sant Jaume a protestar".

Por su parte, el presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa (Fepime), Eusebi Cima, insisitió en los retos y preocupaciones expuestos por las patronales y aseguró que los presentarán ante las diferentes administraciones: ayuntamientos, Generalitat y ministerios.