Manuela Carrasco, premiada por su inagotable fuerza flamenca
La bailaora comparte el Nacional de Danza con la coreógrafa Carmen Werner
Manuela Carrasco, auténtica diosa en el mundo del flamenco, estaba ayer pletórica cuando supo que el Ministerio de Cultura le había concedido el Premio Nacional de Danza de Interpretación. "Ahora es cuando estoy en mi mejor momento, cuando mejor me encuentro y tengo más fuerza que nunca, más ganas de luchar y de bailar", explicó ayer desde su casa la bailaora, y eso que la noticia le pilló recién llegada de Bruselas, donde ha presentado Romalí, un espectáculo en el que el baile gitano más puro va en busca de sus raíces a la India. "Yo sé que esto ayudará muchísimo a mi carrera porque, muchas veces, moverse con un espectáculo como éste, en el que intervienen 21 personas, es difícil", asegura la bailaora, que nació en Sevilla en 1958 y lleva desde los 10 años en los escenarios.
Por su parte, la coreógrafa y bailarina madrileña Carmen Werner tuvo noticia de su premio en un taller de danza en el teatro Ensalle de Vigo y ni el asedio de la prensa ni las felicitaciones evitaron que faltase a su compromiso. La llamada del ministro de Cultura, César Antonio Molina, se produjo a mediodía. "Rompí a llorar, hasta el punto de que el ministro me dijo que me quitaría el premio si no paraba. Después le llamé para disculparme", relató. El jurado le concede el galardón "por aportar, tras 20 años de persistente trabajo coreográfico, un lenguaje personal que transmite con intensidad y coherencia a numerosos intérpretes y creadores". Nacida en Madrid en 1953, la coreógrafa fundó hace 20 años Provisional Danza.
Babelia
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