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Reportaje:

Todos al mar

El sector marítimo crea un 'cluster' para venderse como una marca única en el exterior

No les ha quedado más remedio que agruparse. El sector marítimo español era, junto al griego y el portugués, el único en no seguir las directrices de los libros Verde y Azul de la UE, encaminado a impulsar la confluencia de actividades marítimas y sus profesionales en un cluster o concentración de empresas relacionas de una misma zona geográfica.

Han pasado más de 20 años desde los primeros intentos, pero al fin el cluster marítimo español ha recibido el bautismo de todos los implicados en el congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima celebrado a finales de octubre en Sevilla. La industria auxiliar, navieras, náuticas, astilleros, ingenieros navales, sindicatos, el Oceanográfico, las facultades de Ciencias del Mar, los constructores navales y los clusters existentes en Galicia y el País Vasco son los colectivos que han suscrito el acuerdo. José Luis Cerezo Preysler, secretario de la Gerencia del sector Naval dependiente del Ministerio de Industria, se ocupará de la presidencia, y Arturo González Romero le prestará apoyo técnico desde la fundación Innovamar que dirige.

"Es incomprensible que los niños prefieran conducir un coche a manejar un barco. Tenemos que hacer ver que el mar no es solo bañarse"

Cerezo se apoya en los números del sector y en la diversificación administrativa que tutela las actividades marítimas para justificar la necesidad de la entidad recién creada. Aportan de forma directa a la economía española más de 51.000 millones de euros de producción y emplean a más de 456.000 personas, según los datos que han extraído del Instituto Nacional de Estadística.

"Hasta ahora hemos caminado cada uno a nuestro aire, cuando teníamos problemas acuciantes pendientes de resolver que nos afectan a todos", subraya Cerezo. Problemas como la inseguridad marítima, el cambio climático, la formación y composición de las tripulaciones, la sostenibilidad de la pesca y la fiscalidad, o se abordan conjuntamente o se quedan en el limbo, dado que cada una de estas actividades dependen de ministerios diferentes. El cluster permitirá que la presencia marítima en las ferias internacionales se exhiba bajo una única marca.

Para José Esteban Pérez, presidente de las asociaciones de ingenieros navales y oceánicos de España, el cluster tiene dos objetivos: "Ofrecer una buena visibilidad al conjunto del sector marítimo español, que mueve algo más del 3,1% del PIB, y defender los intereses generales y comunes a todos ante las administraciones de todos los niveles".

Los holandeses fueron los pioneros en recorrer este camino. Su cluster consiguió modificar la fiscalidad. Antes grababa el 33% de los beneficios y ahora se aplica sobre las toneladas de registro de los barcos. "Se paga menos que sobre los beneficios, pero si vienen mal dadas se paga más", recuerda Pérez. Para el presidente de los ingenieros navales es el momento justo para crear el cluster por la bonanza económica que registra el sector, después de la crisis que sufrió en los años ochenta, que fue muy prolongada. "La construcción marítima y naval, así como el transporte marítimo, nunca había anotado registros tan brillantes y prósperos como los actuales. Hay que aprovechar esa virada. Ahora mismo todos los astilleros tienen pedidos hasta el año 2010, y los militares por mucho más tiempo".

Esta pujanza de los astilleros, medianos ha atraído a las navieras extranjeras, "y los están comprando porque van muy bien, como ha ocurrido con las eléctricas". Con 7.880 kilómetros de costa y siendo un país periférico, a Esteban Pérez le resulta incomprensible que los niños prefieran conducir un coche de carreras a manejar un barco; que en Finlandia haya un barco por cada seis habitantes y esa relación sea trescientas veces inferior en España, cuando allí no se puede navegar todo el año. "Tenemos que hacer ver que el mar no está sólo para bañarse".

Esa mirada mayoritariamente costera del mar, muy arraigada en la opinión pública, hace que siendo la novena economía del mundo la flota española ocupe el puesto 22. Y que la lejanía de la juventud hacia el sector no incentive vocaciones marítimas. Pérez lamenta que "tras las prejubilaciones de la crisis, faltan técnicos del sector marítimo en todos los niveles aquí y en toda Europa".

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