'Electra y el Estado'

Para entender en toda su profundidad la convulsión que ha supuesto el reciente cambio de propiedad en Endesa hay que recordar que apenas una década antes era una empresa pública y una de las joyas de la corona del sector público empresarial español. La Empresa Nacional de Electricidad (Endesa) fue creada en 1944, apenas un lustro después de finalizada la Guerra Civil, en el franquismo más duro.

Como ocurre con todas las actividades productivas, si uno quiere comprender las características actuales del sector eléctrico español debe conocer su historia. La estructura empresarial vigente comenzó a forjarse hace seis décadas, cuando la empresa pública irrumpió en el sector de la electricidad y mantuvo una conflictiva convivencia con las empresas privadas.

Las tarifas y la empresa pública fueron determinantes para asegurar el suministro eléctrico en España

Una extraordinaria historia eléctrica del franquismo acaba de ser publicada en la Biblioteca Cívitas de Economía y Empresa, dirigida por el catedrático José Luis García Delgado. Escrita por los historiadores Antonio Gómez Mendoza, Carlos Sudriá y Javier Pueyo, y con el auspicio de la Comisión Nacional de la Energía, Electra y el Estado es un ejemplo muy notable de la mayoría de edad de la historia económica de nuestro país. A partir de ahora será imposible analizar el franquismo económico sin tener en cuenta estos dos tomos, basados en fuentes como el archivo histórico del Instituto Nacional de Industria (INI) o los papeles de su fundador, Juan Antonio Suanzes.

Endesa fue creada en el año 1944, y la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana (Enher), en 1946. Ambas fueron los principales instrumentos del INI para la consecución de los objetivos generales que el instituto tenía planteados: "Propulsar y financiar en servicio de la nación la creación y resurgimiento de nuestras industrias, en especial de las que se propongan como fin principal la resolución de los problemas impuestos por las exigencias de defensa de nuestro país o que se dirijan al desenvolvimiento de nuestra autarquía económica, ofreciendo al ahorro español una inversión segura y atractiva".

Los autores estudian los mecanismos de regulación del sector (tarifas, subvenciones, autorizaciones) que, aunque han sido modificados posteriormente, aún dejan sentir su impronta en el actual régimen regulatorio. Asimismo contemplan la creación de Unidad Eléctrica (Unesa), la patronal del sector, que ha sido un instrumento de presión política de las empresas hacia el Estado, y que ha actuado como administrador del mecanismo de regulación tarifaria y de compensación interempresarial.

Hasta la Guerra Civil, la política estatal respecto a la electricidad fue meramente pasiva. El franquismo cambió esa política de modo frontal: a finales del año 1973, el INI disponía del 14% de la potencia eléctrica instalada para el suministro público y aportaba un 17% de la producción total.

Un ensayo imprescindible que se lee, además, como una novela. -