La oposición de Pakistán rechaza el nuevo Gobierno de Musharraf
El enviado de EE UU pedirá hoy al general que levante el estado de excepción
Sin importarle la opinión de la mayoría del pueblo paquistaní, el general Pervez Musharraf siguió ayer con su propia agenda política y nombró jefe del Gobierno interino a Mohamed Mian Somro, un amigo personal y hasta ahora presidente del Senado electo durante el régimen militar. "Es intolerable", declaró la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), Benazir Bhutto, cuyo arresto domiciliario fue levantado en la noche del jueves.
Washington cuenta con la carta de su ayuda militar para presionar
Musharraf debe entrevistarse hoy con el secretario de Estado adjunto de EE UU, John Negroponte, quien antes de aterrizar anoche en Islamabad declaró que confía en que el general vuelva a poner en marcha el proceso de democratización de Pakistán que "ha descarrilado". Washington quiere que Musharraf levante inmediatamente el estado de excepción, libere a los presos políticos, se quite el uniforme militar y garantice la celebración de elecciones libres.
La principal carta de Negroponte es la ayuda militar, unos 600 millones de dólares (420 millones de euros) para el año entrante. Pakistán, por colaborar en la llamada guerra contra el terrorismo, ha recibido desde el 11-S unos 11.000 millones de dólares, la mayoría en ayuda militar sobre la que no existe una contabilidad detallada y que en buena medida ha contribuido a los grandes beneficios de que disfruta el Ejército paquistaní. El apoyo que aún tiene Musharraf entre los generales se desvanecería si EE UU cierra el grifo.
Bhutto, que nada más terminar las restricciones impuestas a sus contactos convocó a la prensa en la casa de Lahore donde ha permanecido detenida tres días, pidió a Washington que suspenda la ayuda. "No puede haber elecciones libres y limpias bajo el estado de excepción, ni con un presidente que es jefe del Ejército, ni tampoco con la actual Comisión Electoral", declaró la ex primera ministra.
En estos últimos meses, Musharraf ha llenado la Comisión Electoral de funcionarios adeptos y corruptos que están preparando el triunfo de la Liga Musulmana de Pakistán-Q, el partido fundado en 2002 por el general para pasar de golpista (el golpe lo dio en 1999) a jefe de Estado. Toda la oposición rechaza que esa Comisión Electoral supervise las elecciones previstas para antes del 9 de enero.
"Nuestro mensaje es que queremos trabajar con el Gobierno y el pueblo y los actores políticos de Pakistán para devolver el proceso político a la normalidad lo antes posible", dijo Negroponte antes de volar a Islamabad.
Hasta anoche, la Embajada de EE UU no se había puesto en contacto con el PPP para organizar la reunión entre Bhutto y Negroponte. "Estamos a la espera. Nosotros no hemos pedido la entrevista", dijo el portavoz del PPP, Farhatula Babar, que indicó que Bhutto volvería hoy por la mañana a Islamabad. Lahore se encuentra a 270 kilómetros de la capital federal.
Después de ocho años de exilio para escapar a los cargos de corrupción que pesaban sobre ella, Bhutto volvió a Pakistán el 18 de octubre pasado tras el acuerdo alcanzado con Musharraf -orquestado por EE UU, que necesitaba dar una imagen democrática del general- para compartir el poder. La imposición del estado de excepción rompió la colaboración entre ambos.
Bhutto ha pedido la formación de un Gobierno de unidad nacional que incluya a toda la oposición y que permita la celebración de elecciones limpias. La líder del PPP pretende que se reúnan la semana próxima para elaborar una estrategia común todos los dirigentes opositores, incluido su principal rival, el ex primer ministro Nawaz Sharif, que fue deportado a Arabia Saudí nada más volver a Pakistán en septiembre pasado tras siete años de exilio.
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