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ETA monta una trampa para matar a 'ertzainas' en Getxo

Avisó de una bomba y escondió otra con metralla en una papelera cercana

ETA organizó ayer toda una trampa con dos bombas destinada a asesinar a agentes de la Ertzaintza. De no haber fallado los artefactos, el crimen habría ocurrido a primera hora de la mañana, cuando dotaciones de la policía vasca acudieron a los juzgados de Getxo (Vizcaya) a desactivar una olla con explosivos de cuya existencia informó un comunicante en nombre de ETA al servicio de atención de emergencias SOS Deiak. Mientras los agentes trabajaban en la desactivación, participaban en el cordón de vigilancia o rastreaban evidencias en la zona, los etarras habían preparado que estallase otra bomba, cargada con metralla y oculta en las inmediaciones.

La segunda bomba tardó cerca de ocho horas en ser localizada
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La llamada al 112, hecha desde una cabina de la colindante localidad de Berango, advirtió a las 6.15 de que una bomba explotaría 20 minutos más tarde en los juzgados de Getxo. La explosión no se produjo por un fallo de montaje y los artificieros lograron la desactivación a las nueve de la mañana. La olla, escondida en una mochila, contenía cinco kilos de cloratita, cordón detonante y un temporizador.

La trampa se descubrió en toda su magnitud ocho horas después del aviso inicial, cuando los agentes desactivaban la segunda bomba, escondida en una papelera. Sus tres kilos de cloratita habían sido reforzados con tornillos como metralla. También llevaba temporizador.

El Departamento vasco de Interior cree que ETA no intentó sólo causar destrozos en la sede judicial, sino que su objetivo fundamental era matar con el segundo a los agentes y artificieros participantes en el operativo. Su temporizador estaba programado para que estallase 20 minutos después de la primera bomba. Ninguna lo hizo por un fallo que Interior no precisó. La Ertzaintza se ha convertido en objetivo prioritario para la banda tras su vuelta a las armas.

La "bomba trampa", como la definió la consejería, permaneció hasta las dos de la tarde dentro de la papelera en la que los terroristas la habían dejado. Junto a ella pasaron buena parte de la mañana una docena de periodistas y cámaras. En un momento dado, poco después del mediodía, los agentes les pidieron que se retirasen hacia un parque contiguo, pero luego se les permitió volver al lugar. Allí mismo realizó sus declaraciones de condena a las 12.30 el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga. El alcalde de Getxo, el peneuvista Imanol Landa, y la edil popular Marisa Arrue estuvieron también en el lugar.

Este segundo explosivo no fue localizado hasta las dos de la tarde, después de que la Ertzaintza acordonase de nuevo la zona tras revisar el contenido de las cintas de las cámaras de seguridad del edificio judicial. La grabación permitió comprobar que dos encapuchados habían colocado primero la mochila con la olla junto a la pared de la entrada de los juzgados. Después se dirigieron a la papelera para ocultar un objeto dentro.

"Estamos asqueados. La sociedad de Getxo está harta", dijo en el lugar de los hechos Landa. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Getxo celebrará hoy una reunión. La localidad vizcaína, de 82.000 habitantes, ha sufrido numerosos atentados contra empresarios, magistrados y agentes de cuerpos de seguridad. Getxo es también periódicamente objetivo de ataques del terrorismo callejero.

La de ayer es la tercera actuación de ETA en Vizcaya desde la ruptura de la tregua en junio pasado. El 24 de agosto, hizo estallar un coche bomba contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango. Dos agentes resultaron heridos leves. El 19 de octubre, ETA hería con una bomba lapa colocada en su coche al escolta de un concejal socialista.

Los juzgados del País Vasco han sido también un objetivo habitual de atentados, tanto de la propia ETA como de los grupos que se encargan de sabotajes y ataques callejeros.

El Gobierno vasco, los sindicatos y todos los partidos, a excepción de ANV y la ilegalizada Batasuna, expresaron su condena y exigieron el fin de ETA. Interior señaló que el atentado muestra "la enorme cobardía de quienes lo han ejecutado y de quienes no lo van a condenar y despreciar".

Agentes de la Ertzaintza intentan extraer pruebas de la papelera donde ETA colocó la bomba trampa.
Agentes de la Ertzaintza intentan extraer pruebas de la papelera donde ETA colocó la bomba trampa.EFE

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