Nueva geografía teatral
El Teatre Gaudí y el del Raval amplían el censo escénico en Barcelona
Después de varios años marcados por el cierre de recintos escénicos (Artenbrut, Novedades, Arnau...), el mapa teatral barcelonés empieza a repoblarse. Si a mediados de octubre abrió sus puertas el renovado Teatro del Raval, que tras una inversión de 150.000 euros busca convertirse en un referente para la escena más comprometida, a finales de diciembre se inaugurará el nuevo Teatre Gaudí Barcelona (TGB). Hay otros proyectos en marcha. El Goya y el Paral·lel están en obras, y probablemente la reforma del Lliure de Gràcia se iniciará antes que finalice el año, una vez que se ha firmado ya el contrato con la constructora que debe llevarla a cabo. Mientras, los nuevos responsables de El Molino aguardan los permisos necesarios para poder empezar la rehabilitación.
El teatro Goya y el Paral·lel están en obras y podrían abrir en 2008
El Teatro del Raval abrió sus puertas el pasado 18 de octubre en el número 12 de la calle de Sant Antoni Abad de Barcelona. Construido en 1935, forma parte de las instalaciones de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, y hasta ahora había sido gestionado por la Fundación Social del Raval, al servicio de diversas asociaciones del barrio. Empar López, de la Factoria Artípolis (organizadora de la Mostra de Teatre de Barcelona), lleva las riendas de la nueva etapa, marcada por la voluntad de profesionalizar la actividad e inscribirla en una línea de compromiso social. El telón se alzó con Les escorxadores, de Sarah Daniels, una disección del mundo laboral desde la óptica de la mujer, dirigida por Carme Portaceli, que permaneció en cartel hasta ayer. La inmigración y la violencia sexista son los temas centrales de los próximos montajes de la sala (entre el 19 de noviembre y el 2 de diciembre acogerá diversas obras englobadas en la Mostra Teatre de este año, y a continuación estrenará Vent d'Avall, de Jordi Basora), que cuenta con un aforo de 164 espectadores. De momento se ofrece programación de jueves a domingo, y en diciembre se ampliará con una franja nocturna reservada al cabaret literario y con espectáculos infantiles.
También será plural la oferta del Teatre Gaudí Barcelona, en su caso porque el antiguo supermercado de la calle de Padre Claret 160 donde se ubica se ha transformado en dos salas. Una de ellas tendrá un aforo de 228 localidades y la otra tendrá unas 70. Detrás del proyecto se encuentra el mismo equipo que gestiona el Versus Teatre, que ha alquilado el local por 20 años y ha realizado una primera inversión de más de 300.000 euros, que se duplicará en una segunda fase, prevista para dentro de tres años. Su director, Ever Blanchet, resalta las diferencias entre ambos espacios. "El TGB no será una sala alternativa ni un espacio para compañías emergentes", señala. Actores, directores y autores consagrados, con preferencia por la dramaturgia contemporánea, convivirán en la sala grande con los espectáculos de títeres y unipersonales de la pequeña. Está prevista una inauguración festiva el 21 de diciembre, y el inicio de representaciones unos días más tarde. El estreno será con un musical sobre Sondheim.
En el caso del Goya, las obras llevan un retraso de varios meses, pero sus responsables confían en poderlo inaugurar a lo largo de esta temporada, posiblemente en primavera, con el actor y director Josep Maria Pou al frente. Tampoco hay fecha oficial para la inauguración del Paral·lel. La reforma del antiguo Scenic, levantado donde estaba Studio 54, sigue en marcha, y aunque se había creído que su apertura sería este otoño, no se ha concretado aún cuándo alzará el telón.
Peor lo tiene El Molino. A principios del pasado febrero, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona acordó por unanimidad dar luz verde a la reforma del edificio, adquirido por la empresa Ocio Puro. Un mes más tarde, el propio alcalde presidió una visita a las instalaciones, en una despedida protocolaria antes del inicio de las obras. Entonces se dijo que la ambiciosa rehabilitación (con un coste estimado de 6,5 millones de euros) podría empezar dos o tres meses más tarde. Ya han pasado siete, y la empresa sigue aguardando los permisos administrativos. No hay ninguna certeza sobre cuándo volverá a formar parte de la geografía teatral de Barcelona, que a partir del 24 de noviembre recuperará como teatro el cine Coliseum (su propietario, Balañá, ha descartado confirmar si se trata sólo de un paréntesis o hay un proyecto a largo plazo) con la reposición de Comeme el coco negro. Será cinco días antes de que una producción de Mamma mia! vuelva a inscribir en la cartelera teatral el Barcelona Teatre Musical (BTM).
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