_
_
_
_
Reportaje:

La polución china genera dinero en Europa

Climate Change invierte millones de dólares en Asia para hacerse con derechos de emisión de CO2

Un día de octubre en Londres, un financiero llamado James Cameron estudiaba un mapa gigante de China en sus oficinas cerca del Támesis. En el mapa, informa Stephanie Baker-Said, había unas 20 etiquetas de colores, cada una marcando un punto en donde la empresa de Cameron, Climate Change Capital, se juega decenas de millones de dólares. Cameron no invierte en acciones o en bonos. Invierte en dióxido de carbono (CO2), la causa principal del calentamiento mundial. A cambio de reducir las emisiones, digamos, en China, Cameron puede vender el derecho a lanzar CO2 al aire en Europa. El precio de este crédito el 2 de noviembre: 17 euros por tonelada.

Desde que él y su socio, Mark Woodall, fundaron Climate Change Capital en 2003, ambos han hecho de su empresa una potencia en el floreciente mercado mundial de gases de efecto invernadero que está impulsado por el Protocolo de Kioto.

En 2006 el mercado mundial de derechos de emisión de CO2 se triplicó, y alcanzó los 30.000 millones de dólares, según el Banco Mundial

El calentamiento puede ser el mayor reto que los humanos hayan enfrentado. Para Cameron, también es una oportunidad de ganar dinero. Sin embargo, hoy no se sabe si este lucrativo negocio evitará las consecuencias catastróficas del calentamiento de la Tierra. Una posible alternativa podría ser gravar las emisiones, con lo que seguir contaminando resultaría costoso para las compañías.

Al Gore, ex vicepresidente de EE UU que ganó el último Premio Nobel de la Paz por su trabajo con respecto al cambio climático, ha promovido la operación de estos instrumentos como una manera de reducir las emisiones de CO2, cuya estructura molecular atrapa el calor cerca de la superficie de la Tierra. Estos mercados permiten a empresas eléctricas, refinerías y fábricas comprar y vender el derecho a contaminar una vez que las autoridades reguladoras limitan los niveles de emisión.

EE UU está rezagado con respecto de Europa en la operación de permisos de emisiones de CO2, porque el presidente Bush ha optado por no firmar el Protocolo de Kioto. Como resultado, Londres se ha vuelto la capital mundial de las finanzas de carbono. El nivel de contratación se ha disparado. El año pasado el crecimiento del mercado mundial de carbono se multiplicó por tres, hasta los 30.000 millones de dólares, según el Banco Mundial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_