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El presidente de Georgia adelanta las elecciones para atajar la crisis política

El Gobierno de Saakashvili prohíbe celebrar manifestaciones durante 15 días

El líder georgiano, Mijaíl Saakashvili, sorprendió ayer a opositores y observadores al anunciar la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas para el 5 de enero. Al mismo tiempo, prometió levantar en los próximos días el estado de excepción que decretó el miércoles, después de que la policía disolviera violentamente las manifestaciones de la oposición. Rusia, mientras tanto, respondió simétricamente a la expulsión por parte de Tbilisi de tres diplomáticos acusados de espionaje y declaró personas no gratas a tres funcionarios de la Embajada georgiana en Moscú.

Saakashvili explicó en su mensaje transmitido por la televisión pública -la única autorizada para dar información durante el estado de excepción- que adelanta las presidenciales porque desea "renovar el mandato de confianza del pueblo" y como prueba de su condición de demócrata. Respondiendo a las críticas que le hacen sus enemigos, inquirió: "¿Cómo que no soy demócrata, si estoy reduciendo el periodo de mi mandato presidencial?".

Saakashvili fue elegido en enero de 2004 con una abrumadora mayoría (más del 95% de los votos) por un plazo de cinco años. La oposición, que mantenía un mitin desde el viernes pasado frente al Parlamento, exigía la dimisión del presidente y que los comicios parlamentarios previstos para otoño de 2008 fueran adelantados a la primavera. Esto último será resuelto en un referéndum que se celebrará el mismo 5 de enero, junto con las presidenciales.

Saakashvili justificó el aplastamiento de las manifestaciones de sus opositores reiterando que ellos trataban de "destruir el orden constitucional" y que había "fuerzas extranjeras" implicadas. El miércoles el presidente acusó a Rusia de querer organizar un golpe de Estado en su contra, algo que el Kremlin niega categóricamente. Mijaíl Kaminin, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, dijo que con esas "infundadas" acusaciones, el régimen de Tbilisi pretende "ocultar su incapacidad" para solucionar los problemas de Georgia.

Saakashvili dijo que con las duras medidas tomadas había "defendido al Estado y la democracia". El estado de excepción impuesto por 15 días en todo el país prohíbe los mítines y manifestaciones e impone la censura: ningún canal televisivo, a excepción de la televisión pública, puede divulgar noticias. Policías y militares montaban guardia ayer en las principales calles de la capital georgiana, mientras la oposición optó por llamar a sus partidarios a la calma y a permanecer en casa.

El vicepresidente del Parlamento, Machavariani, señaló que de continuar la calma, la Cámara puede no ratificar el decreto presidencial que impone el estado de excepción y perdería su vigencia.

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