La OCDE avisa de que la pobreza pone en riesgo la democracia
El organismo recomienda invertir en infraestructuras y previsión social
Hay que aprovechar el tren de la bonanza macroeconómica repartiendo riqueza, porque perderlo puede tener graves consecuencias para el mismo sistema democrático. Éste es el mensaje del informe que la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lanzó ayer en Santiago, al señalar que los Estados latinoamericanos deben aprovechar el buen momento económico internacional para repartir de forma más justa la riqueza que se está generando, porque de lo contrario el desencanto de la población puede afectar a la confianza en la democracia.
Se trata de la primera vez que el organismo que representa a las democracias más ricas del mundo emite un documento de este tipo, mientras están reunidos los jefes de Estado iberoamericanos en su encuentro anual. Latinoamérica es la región del mundo con los mayores índices de desigualdad.
Las encuestas revelan una profunda desconfianza de los latinoamericanos en sus Gobiernos, sentimiento que amenaza con transmitirse de manera peligrosa a la fe en el mismo sistema democrático. Apenas el 21% de los ciudadanos de Latinoamérica cree que los impuestos que paga son bien empleados por sus respectivos Gobiernos, y la cifra de personas en la misma región que creen que la democracia es mejor que cualquier otro sistema de gobierno no llega al 60%, y en algunos países, como Brasil, el porcentaje sólo llega al 46%.
Ahora mismo, unos 200 millones de latinoamericanos viven en la pobreza y, sin embargo, la región durante estos años ha experimentado un importante crecimiento económico que, en casos particulares, se acerca incluso a niveles de países emergentes asiáticos.
Las inversiones extranjeras durante el año 2006 alcanzaron la cifra récord de casi 73.000 millones de dólares (unos 50.000 millones de euros). Un país de la zona, México, ya es miembro de la OCDE, Chile se encuentra en plena negociación para su ingreso y las puertas comienzan a abrirse para Brasil. A pesar de estos números, la organización internacional reprocha a las administraciones regionales que su crecimiento podía haber sido mayor de haber aprovechado su potencialidad para ello.
El informe advierte además a los Gobiernos de que el gasto público tiene que ser eficiente y debe contribuir a crear legitimidad democrática en una región donde los altos niveles de pobreza y la desigualdad encabezan las listas de necesidades. En los últimos años, unos 40 millones de latinoamericanos han salido de la pobreza, pero es necesario invertir urgentemente en infraestructuras que permitan que el proceso continúe.
Uno de los principales problemas es la existencia de un círculo vicioso, en el que la falta de calidad en la política fiscal genera gastos ineficaces que terminan socavando la legitimidad democrática.
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