Enagás reforzará la conexión con Francia con un gasoducto en Cataluña en 2013

Enagás construirá un gasoducto que cruzará Cataluña y que multiplicará por cuatro la actual capacidad de interconexión de gas entre España y Francia. El proyecto costará cerca de 300 millones de euros y está incluido en el plan estratégico de la compañía para el periodo 2008-2017, que el Gobierno central espera aprobar en el plazo aproximado de un mes. Según el presidente de Enagás, Antoni Llardén, el nuevo gasoducto podría estar operativo ya en el año 2013.

El gasoducto será de 13,6 bcm. Hoy, la interconexión sólo alcanza los 2,9 bcm

Este proyecto puede convertir Cataluña en un hub del gas, un nudo de conexiones desde el que exportar el gas procedente de Argelia (y otros países por barco) y desde el que importar gas del Mar del Norte y Rusia. Así lo sostuvo ayer Llardén, en un acto en que Maite Costa, presidenta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), apostó por que España se convierta en "el hub del gas del Sur de Europa".

El trazado del gasoducto pasa por Martorell-Barcelona-Girona-Figueres y, de ahí, conecta con la frontera francesa. Todavía no está del todo decidido por qué punto exacto la alcanzaría. Enagás descarta polémicas y resistencias en el territorio similares a las de la línea de alta tensión destinada a reforzar la interconexión eléctrica con Francia, ya que la infraestructura gasista es subterránea.

El Gobierno español y el catalán tienen ya asumido el plan. Una vez aprobado, dará lugar a la elaboración por Enagás de un proyecto técnico y al inicio de los trámites medioambientales.

"El proyecto está maduro por la parte española. No tanto por la parte francesa", explicó Antoni Llardén en el transcurso de una de las sesiones de trabajo paralelas desarrolladas ayer en la Jornada Anual de los Economistas, organizada por el Colegio de Economistas de Cataluña. "Francia está de acuerdo con el gasoducto conceptualmente", añadió Llardén, "pero carece de red hasta su frontera y debe estudiar cómo hacer las cosas".

El gasoducto tendría una capacidad de 13,5 bcm (cada bcm se traduce en 1.000 millones de metros cúbicos de gas) y sería de ancho europeo (36 pulgadas). Para dar idea de la capacidad de la infraestructura, España consume 33 bcm al año. Es decir, que por el gasoducto podría ir y venir más de un tercio del gas que se consume en el país.

En la actualidad, España y Francia están interconectadas por dos puntos. El primero, la localidad francesa de Biriatou, donde la conexión es muy pobre (un modesto 0,1 bcm). Esta conexión sirve, en realidad, para alimentar una zona del sur de Francia y conectarla con el resto del país. La auténtica conexión es la de Larrau, de 2,9 bcm. A medio plazo, Enagás tiene previsto duplicar la capacidad de Larrau a 6,3 bcm y resolver los actuales obstáculos técnicos que impiden a España exportar gas: España hoy sólo recibe gas de la vecina Francia. El incremento de la capacidad de Larrau ya figura en el actual plan estratégico de Enagás 2007- 2016, con inversiones de 4.000 millones.

La dependencia del gas foráneo va a más en Europa, que cubre un 59% de su demanda de gas fuera de sus fronteras. Los vecinos europeos empiezan sólo ahora a seguir la estela de España, cuya apuesta por el gas natural licuado (GNL), que se transporta en grandes buques metaneros en lugar de en gasoductos, la ha ayudado a diversificar sus fuentes de suministro y a reducir la dependencia de Argelia al poder proveerse de gas de Egipto, Qatar, Nigeria o Trinidad Tobago. España importa el 46% de todo el GNL de Europa.

"Cataluña puede jugar a ser el hub del gas del sur de Europa, pero haría falta un gran empujón en la política de las interconexiones", corroboró Maite Costa en el mismo foro. Tanto Costa como el director general de Energía de la Generalitat, Agustí Maure, defendieron la necesidad de más interconexión, no sólo gasista, sino eléctrica, empezando por la polémica línea de alta tensión. "La política energética va primero, antes que la política medioambiental, aunque debe tenerse en cuenta ésta última", dijo Maure.