"Hacen falta jóvenes directores"
El actor hispano-francés Jean Reno recibe el homenaje de Sevilla Festival de Cine
Jean Reno, actor francés de origen español, recibió ayer el homenaje de Sevilla Festival de Cine con la concesión del Giraldillo de Oro en el Teatro Lope de Vega. El certamen de cine europeo reconocía, así, la exitosa carrera de este intérprete francés, nacido en Casablanca (Marruecos) y de ascendencia andaluza. Reno, que habla muy bien el español, se mostró encantado de estar en Sevilla. "Un festival de cine europeo es algo que me interesa. El cine es para el mundo entero, no sólo para un país. Encontrarme aquí es una cosa natural. He venido porque me hacen un homenaje, pero también puedo venir a tomar una copa", dijo sonriendo, muy cómodo en una tierra que le apasiona. El origen gaditano de sus padres aletea en sus palabras, dichas en un español cuidadoso. El actor nació en Casablanca en 1948 después de que sus padres se vieran obligados a emigrar a Marruecos como consecuencia de la dictadura franquista. Su verdadero nombre es Juan Moreno. Cuando era niño su familia se trasladó a Francia. Sus primeros pasos en el cine francés vinieron de la mano de dos grandes directores. Costa Gavras le brindó un papel en Clair de femme en 1979, y Raúl Ruiz, en L'hypothese du tableu, también en el mismo año.
"Yo estaba en una nube con Antonioni. Tenía una mirada increíble"
"Me gusta hacer una comedia y después hacer de matón. Y de cura"
La fama y el reconocimiento internacional le llegaron con el director Luc Besson, que hizo de Reno un actor fetiche en sus primeras películas. Sus papeles de Enzo Molinari, en El gran azul (1988), y León, en El profesional (1994), proyectaron su figura de hombre duro y fuerte, capaz de afrontar sin pestañear las situaciones más difíciles. Un duro que, sin embargo, guarda en lo más hondo un reducto de secreta ternura.
Reno señaló que no le gusta encasillarse en papeles de tipo duro. "Tras El gran azul me dieron papeles de personas fuertes y de matones. Tuve que esperar 10 años para interpretar a otros personajes. Es difícil ejercer una influencia sobre el ojo de otra persona. Y los actores vivimos en el ojo del otro. Me gusta pensar que puedo hacer otros papeles. No me gusta interpretar siempre a un matón. Me gusta hacer una comedia y después hacer de matón. Y después hacer de cura. Me gusta cambiar. Si no hago esto, me aburro", relató el actor.
"No me gusta pararme y quedarme viviendo del recuerdo. Tengo miedo de pararme porque temo que si lo hago, se me vaya el talento y la imaginación. Pienso que mañana es mejor que ayer", agregó Reno, que dijo que le encantaría rodar una película basada en la novela La piel del tambor, de Arturo Pérez-Reverte.
Reno cree que el cine vive ahora un momento de transición. Son necesarios, a su juicio, nuevos cineastas que agiten las aguas. "No quiero decir que no haya ideas, imaginación o talento. Para el cine es un momento un poco calmo. Creo que hacen falta nuevos directores. Esto no es exclusivo de Europa. Pasa también en América", comentó Reno.
El actor francés ha compartido cartel con actores de la talla de Robert de Niro, Tom Cruise o Meg Ryan. Ha actuado en películas de gran éxito de público como French Kiss, Misión Imposible o Godzilla, entre otras. Ha sido nominado en diversas ocasiones al premio César del cine francés como mejor actor. En el año 2000 recibió el Premio Europeo por su aportación al cine internacional que concede anualmente la Academia Europea del Cine.
Reno dijo que "también hay una evolución del cine con la llegada del vídeo casero". "Todo esto lleva a ver las películas en casa en el DVD. Antes, vender un millón de entradas en París no era nada. Ahora, es un éxito. El cine está en un momento intermedio. La industria está moviéndose. La juventud tiene la respuesta a esto. Nos hacen falta jóvenes Antonionis", comentó Reno. En 1995, fue dirigido por Michelangelo Antonioni en Más allá de las nubes, un filme que recorría a través de varios episodios algunos de los interrogantes fundamentales del ser humano, como el amor, la soledad o la posibilidad de comunicación.
"Antonioni estaba medio paralizado y no hablaba muy bien", evocó el actor francés. Reno admiraba al director de La aventura y quería comunicarse con él. Consiguió hacerle reír. "Estaba muy contento de poder tener una relación íntima con Antonioni. Pasé días solamente con él. Su mujer también se reía porque él se comunicaba a través de ella. Yo estaba en una nube con él. Antonioni tenía una mirada increíble. Es una pena ver cómo la vida se está yendo de una persona", recordó Reno.
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