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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Incultura musical

Que la cultura musical no forma parte de lo que se entiende por cultura no es una sorpresa para nadie. Ningún estudiante, profesor o intelectual se avergüenza de sus lagunas musicales: "Yo es que de música... ni idea". Que la causa de que el más masivo de los lenguajes artísticos sufra ese menosprecio está en su escasa e inadecuada presencia en las enseñanzas generales también parece fuera de toda duda.

Uno de los aspectos de los conocimientos musicales en donde más se evidencia y puede medirse objetivamente dicha carencia es en el de la identificación de los instrumentos. Ya pasaron los tiempos que evocaba Jordi Savall en que los niños se reían al ver a alguien con un estuche de violonchelo al hombro, pero el grueso de la población culta sigue ignorando, incluso en su aspecto visual, lo que es un oboe, un saxofón o una viola.

Para el común de los mortales existen violines y violones, trompetas y trombones (mírese, por ejemplo, lo que el autor de la portada de La chica del trombón de Skármeta entiende por trombón), guitarras y guitarrones...

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Mejorar eso no es competencia de los conservatorios, que obviamente tienen otro cometido, sino de las escuelas, los institutos y las universidades. Andalucía ha sido una de las dos únicas comunidades autónomas (Asturias es la otra) que ha quitado la música de tercero de ESO. España entera se dispone a quitarla del Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales.

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