"Antes o después, entraremos en el Pazo de Meirás"
Pregunta. Tras dos años de Gobierno bipartito, ¿en qué ha cambiado la política cultural?
Respuesta. Dedicamos el primer año a abrirnos al diálogo con los sectores sociales que durante tanto tiempo mantuvieron la cultura gallega sin tener entrada en el ámbito institucional. Ya dejamos claro que íbamos a hacer un trabajo de reforma estructural, sin grandes vistosidades, sino para consolidar la cultura gallega dentro y fuera. Vamos a buen ritmo en el replanteamiento del marco normativo y en la proyección internacional. También hemos cambiado el enfoque para ver la cultura como parte del desarrollo del país. Éste es el cambio.
P. ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de la cultura gallega?
"Era el pazo de Pardo Bazán y hay que recuperar ese aspecto del lugar"
"No se pueden tirar millones de euros a la basura con la Cidade da Cultura"
"Hemos cambiado el enfoque para ver la cultura como desarrollo del país"
R. La fortaleza está en la tradición, en lo creado a lo largo de siglos, un punto de partida muy rico y valioso. La debilidad es que algunas actuaciones, como la búsqueda de proyección internacional, sean muy recientes. Nuestra música, por ejemplo, se ganó un puesto por sí misma y ahora sólo queremos ayudarla a que se consolide. Otra debilidad es que necesitamos que la gente comprenda hasta qué punto la cultura creó conocimiento y riqueza, cómo ha sido una parte fundamental de nuestro desarrollo como sociedad.
P. Ese empeño por salir fuera se traduce en una presencia masiva en ferias internacionales.
R. Lo estamos haciendo con el cómic, con la música... Y los resultados son excelentes. Fuera de nuestras fronteras, la cultura gallega tiene un éxito importante porque tiene mucho que ofrecer al mundo. Aún somos grandes desconocidos, pero debemos ir haciéndonos un lugar poco a poco.
P. ¿La promoción exterior incluye sólo la cultura en lengua gallega?
R. No hay problemas en ese sentido. En música hemos llevado grupos que cantan incluso en inglés. Ahora bien, nuestra lengua es una parte fundamental de nuestra cultura, porque tener una lengua diferente ayudó a tener una cultura diferente. Pero todo el mundo tiene claro qué es la cultura gallega. Hay una parte que no es en gallego, aunque es cultura que se realiza en este país.
P. ¿No hay riesgo de un excesivo proteccionismo cultural?
R. Lo que implica riesgo, la apuesta por el talento, tiene que hacerlo la institución, porque es más difícil pedírselo a la industria. Eso lo hacemos incrementando las partidas para cortometrajes o creando una Rede Galega de Música ao Vivo. Cubrimos apartados como la proyección internacional. En la medida que vayan caminando por sí solos, haciendo negocio, la industria será más independiente. Nosotros ponemos la plataforma.
P. Una parte de su política de promoción será la futura Axencia de Industrias Culturais. ¿Qué papel tendrá la Axencia?
R. Separar la política cultural para el sector profesional del que aún no está profesionalizado, porque las necesidades son diferentes. La Axencia quiere estar al servicio de la consolidación del tejido industrial. Vamos a encargarnos de asesoramiento, producción, herramientas financieras... Dependiendo de las necesidades de cada uno. Todo eso estaba repartido en distintos departamentos y no se podía hacer una política homogénea. Ahora cada sector de la industria va a tener un área específica dentro de la Axencia, que centralizará el trabajo.
P. El Consello Económico y Social acaba de descalificarla con un informe muy duro. Dice que escapa de los controles públicos.
R. Aunque respetables, las apreciaciones del CES demuestran que se está extralimitando en sus funciones, que son examinar las repercusiones económicas o sociales de los anteproyectos del Gobierno. El proyecto pasó todos los informes pertinentes, de Función Pública, de Economía y de la Asesoría Xurídica. En las agencias públicas no desaparecen los controles, sino que aumentan. Está regulado por una ley estatal, y de hecho el Instituto Nacional de Artes Escénicas ya se transformó en agencia y el de Cinematografía lo hará en breve. El CES habla del uso de competencias del Igape e Industria cuando eso ya fue negociado en el seno del Gobierno y estos departamentos tienen representación en la Axencia. También sorprende que se pregunte qué va pasar con la cultura de base. Sólo me queda decirle que eso sigue siendo competencia de la consellería.
P. ¿Se han planteado la viabilidad jurídica de recuperar el Pazo de Meirás para el patrimonio público?
R. Estamos aún en el estadio de declaración de BIC [Bien de Interés Cultural]. Nos ayudaría a conocer su estado además de permitir visitas del público. A partir de ahí, es cuestión de ver la historia del pazo. Pero aún estamos esperando, y no tiene mucho sentido porque el Tribunal Superior ya fue claro al respecto. Antes o después, esta consellería va a poder cumplir su competencia de entrar en Meirás e inspeccionarlo.
P. ¿No se plantea ir más allá?
R. Haremos un estudio exhaustivo. Lo que hay que tener claro es que era el pazo de Emilia Pardo Bazán. Y por tanto hay que recuperar ese aspecto de lugar centrado en algo que no tiene nada que ver con lo que significa en este momento.
P. La sensación en la Cidade da Cultura sigue siendo de provisionalidad.
R. Eso está definido y puesto en marcha. Otra cosa es que la Cidade naciese en medio de la polémica, coartada en los años del PP y que cuando la gente, por fin, tiene capacidad para hablar, pues habla. Lo cual demuestra la libertad de expresión. Pero hay cuestiones que se podían hablar en 2000 y no en 2005, cuando llegamos nosotros. Lo dejaron todo atado. Ningún gobernante con un mínimo de racionalidad va a tirar eso y a pagar por que no se haga. Este Gobierno probablemente nunca hubiera iniciado este proyecto, pero nadie tira a la basura cientos de millones de euros.
P. ¿La comisión de investigación afecta al desarrollo del proyecto?
R. La etapa del PP fue tan opaca que ahora la gente quiere saber. El Consello de Contas puso en evidencia un funcionamiento que llama mucho la atención y que requiere una explicación. Eso es lo que está haciendo el Parlamento. Y mientras, el Gobierno trabaja colectivamente para llevar adelante la decisión que hemos tomado, con todo el sentido común, para que esto se convierta en la plataforma internacional de nuestra cultura.
P. ¿Se sintió molesta con el ministro de Cultura porque no la viese en su visita a Galicia?
R. Yo represento institucionalmente a la cultura de este país y, por tanto, es una cuestión de respeto cultural e institucional. Sobre todo, porque hay temas importantes por resolver, como la financiación que deberían tener prevista para la Cidade, si es que realmente hay ese apoyo del Estado. Pero estamos esperando a que nos llamen.
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