Flores y 'guías para momentos difíciles'

Miles de madrileñas y madrileños, por este orden, acudieron ayer a los 22 cementerios de Madrid y los casi 180 de la región para recordar a sus difuntos. La jornada, que lució soleada y con cielo raso, se brindaba a la evocación y a la memoria de los ausentes y hacía más llamativos aún los encendidos colores de miles de flores adquiridas por los visitantes en numerosos puestos situados en los accesos de los camposantos. El nardo se vendía a dos euros; tanto la docena de claveles, la flor más comprada, como los de pompones y crisantemos oscilaban entre los cinco y los siete euros.

Una novedad: en algunos cementerios municipales, un pequeño puesto forrado con fotografías a todo color y situado en la misma entrada, se veía flanqueado por dos jóvenes de ambos sexos. Elegantemente vestidos de luto, repartían entre los asistentes una llamada Guía para los momentos difíciles.

El prospecto repartido, a modo de mapa, consistía en un prontuario para que los particulares afectados por algún óbito familiar se guíen convenientemente, con indicaciones sobre registros, prestaciones funerarias y otras de similar índole.

Colas de media hora debieron observar muchos de los visitantes del cementerio de la Almudena que acudieron allí en coche. A media tarde, hasta seis agentes de Policía Municipal dirigían el tráfico que afluía sobre todo por la puerta de O'Donnell, sobre la recientemente nombrada, bajo acuerdo del Consistorio, como avenida de las Trece Rosas, en recuerdo de las jovencísimas militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas, presas en la cárcel de Ventas tras la Guerra Civil y fusiladas en el verano de 1939 tras un arbitrario juicio sumarísimo. Episodio que ha llevado ahora al cine Emilio Martínez Lázaro.

En el cementerio de El Pardo, centenares de personas evocaron a sus deudos con sumo cuidado, ya que las encinas del recinto sembraron el suelo del camposanto con miles de resbaladizas bellotas.