La pérdida de un inocente
Muchos son los sentimientos que, desde hace menos de una semana, afloran por las calles de Benicull del Xúquer. Como periodista y amiga de Daniel Oliver, desde hace 23 años, la impotencia ante la brutalidad de los hechos, la incomprensión y el vacío que causa el asesinato de un inocente es tal, que por mucho tiempo que pase, nada podrá suplir aquello que desde el 23 de octubre, los que vivimos a su lado, echamos de menos.
Que la violencia de género sea en 2007 un tema escurridizo es tan irracional como la muerte de Dani. Desde un punto de vista humano, espero que este caso no se deje en el tintero, ni que al que puso fin a su vida reciba la misma condena que Sergi Xavier, la libertad.
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