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El PP duda sobre cómo afrontar el fin del 'caso 11-M'

Carlos E. Cué

Los estrategas del PP, sobre todo los que se han mostrado más cercanos a la teoría de la conspiración, esperan con ansiedad la sentencia del 11-M, que se conocerá este miércoles, y dudan sobre su respuesta. El PP se la ha jugado mucho en este asunto. Más de 500 preguntas parlamentarias ha presentado el Grupo Popular en el Congreso, entre ellas algunas que trataban de hallar rastros de ETA en Tora-Bora, las montañas donde se escondió Osama Bin Laden. El propio Mariano Rajoy ha llegado a decir cosas como "no me creo que los detenidos del 11-M organizaran los atentados" o "al final, el terrorismo islamista y el de ETA estarán relacionados en algún punto".

Aunque la teoría de la conspiración ya no está en la primera línea del PP, y menos en los discursos de Rajoy, en los que no cita el 11-M, varios dirigentes de la cúpula consultados confían en que la sentencia deje un hueco para avalar o al menos no desmontar la teoría principal, esa que insinuó el líder: los detenidos son autores materiales, pero no están todos y pueden faltar los inspiradores, los que el PP define como "autores intelectuales". "No será una sentencia de muerte para nosotros", señala un miembro de la cúpula.

Esclarecer la verdad

Rajoy y sus notables tienen hoy una cita en maitines en la que podrán orientar la estrategia. El PP acatará la sentencia, ahí no hay dudas. Ya se decidió en otra reunión de maitines, en febrero, que sobre el 11-M hay tres consignas, por orden de importancia: primero, respeto a la justicia; segundo, apoyo a las víctimas; tercero, confianza en que se esclarezca toda la verdad.

Eduardo Zaplana y Esperanza Aguirre, principales valedores de la teoría de la conspiración que inspiran El Mundo y la Cope, se han aferrado a esa tercera consigna, la del esclarecimiento de la verdad, para insistir en que "las cosas no están tan claras como decía Zapatero y la fiscal". La duda está en si se podría llegar al titular de prensa que este sector más ansía: el de que "hay que seguir investigando" tras el juicio.

Rajoy y Zaplana se han repartido los papeles sobre este asunto y otros muchos, pero esta semana el líder debe decidir si permite que su portavoz siga alentando la teoría de la conspiración o la corta en seco, con lo que se arriesgaría a enfrentarse a los medios que la han alentado.

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