Los inmigrantes prefieren Alicante por su dinamismo
¿Qué tiene la provincia de Alicante para que sea la segunda con mayor crecimiento demográfico? Un incremento de población censada de un 20% en los últimos seis años que en un 90% se debe a la inmigración. De los 293.290 nuevos residentes, una abrumadora mayoría (226.714) son extranjeros. El periodo 1991-1996 la población de Alicante aumentó un 6,7%; entre 1997 y 2001 otro 6%; pero sólo en los últimos seis años se ha incrementado en un 20%. Mientras, el censo de Torrevieja, por ejemplo, ha crecido un 56% y el de Orihuela un 39%.
Pero, ¿cuáles son los motivos por los que es en Alicante dónde tantas personas de fuera se van instalando a vivir? Expertos consultados (economistas, sociólogos y demógrafos), coinciden en denominadores comunes. Los extranjeros llegaron a Alicante hace décadas con la eclosión del turismo, y aquellos han actuado de "efecto llamada". Aquí se sienten cómo en casa, y entre los suyos han encontrado lo que buscaban: sol y playa. Pero también disponen de un amplio parque inmobiliario para invertir y buenas comunicaciones, sobre todo, vía el aeropuerto de L'Altet. Todo ello, en un escenario económico que les permite trabajar en la construcción, el campo o los servicios. Primero llegan como turistas, pronto son empleados y luego compradores de casas. El catedrático de Geografía Humana, Vicente Gozálbez, detecta diversas "causas positivas" que incentivan la llegada de población foránea hasta la provincia de Alicante. Por un lado, las redes migratorias que se retroalimentan y actúan de efecto llamada: "Cuando más grande es la colonia de residentes, a más paisanos atrae".Gozálbez, que lleva años investigando los cambios demográficos, rompe varios mitos como por ejemplo que los europeos vienen a jubilarse. No es cierto, la tasa de actividad de los europeos occidentales es del 50%, cuando la de los españoles es similar, un 55%. La economía productiva de Alicante se basa en sectores en los que la inmigración encuentra "fácil acomodo y refugio en la economía sumergida" (construcción, agricultura, hostelería y trabajos del hogar). Pero cuando logran los "papeles" abandonan los sectores más precarios y se dedican a otras tareas. Vicente Gozálbez atribuye en un 90% el crecimiento demográfico de Alicante a la inmigración. "Las fronteras son más débiles y extensas, aumenta la red y el inmigrante llega no dónde tiene trabajo, sino donde tiene amigos o conocidos que le puedan ayudar", explica el geógrafo, que no olvida la influencia que en este proceso ha tenido el aeropuerto de Alicante, con 4,5 millones de pasajeros anuales de los que la mitad son británicos.
Por L'Altet pasan 4,5 millones de viajeros al año, de los que la mitad son británicos
"El mundo es más grande, más global; pero también más pequeño y accesible"
Josep Antoni Ybarra, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Alicante, se lamenta de que "no hay alternativa económica que no sea el ladrillo en la costa". Los inmigrantes jubilados vienen en busca del "sol, tranquilidad y vino, y no se integran", asegura el profesor que distingue entre los que vienen a trabajar y los que vienen de retiro. "Unos y otros han provocado que aumente el precio de la vivienda y que algunos servicios básicos se saturen", asegura Ybarra, que también destaca el papel dinamizador que ha jugado el aeropuerto de L'Altet que desde hace años sirvió de puerta de acceso para estos turistas que se convirtieron en residentes. "El mundo se ha hecho más grande, más global, pero al mismo tiempo más pequeño y accesible", resume Ybarra, que recuerda cómo muchos centroeuropeos han vendido sus casas en sus ciudades de origen y se han instalado aquí o han alquilado largas temporadas alguna de sus propiedades.
El sociólogo Carlos Gómez Gil destaca que en la provincia de Alicante los inmigrantes se sienten "atraídos, fuertes y cómodos", hace años llegaron sus compatriotas que ahora actúan de "efecto llamada". Además en su opinión, el entorno es "agradable": sol, playa, descanso y buenas comunicaciones. "Ellos aspiran a retirarse aquí", pero además de estos factores hay otro importantísimo: un amplio mercado inmobiliario. "Se ha venido desarrollando un urbanismo para atraer a nuevos residentes".
Clemente Hernández, catedrático del Departamento de Análisis Aplicado, admite que "hay un efecto estadístico de afloración de las bolsas de inmigración irregular", pero debemos diferenciar entre dos tipos de nuevos residentes: el que busca un empleo asalariado y el no asalariado. De estos últimos, existen colonias de personas de la tercera edad o de empresarios con negocios en otros territorios. Hernández insiste en la incidencia que para la economía están teniendo estos nuevos residentes que han "dinamizado el mercado de segunda residencia".
El sector de construcción de vivienda ha tenido "un fuerte efecto arrastre tanto de demanda como de oferta, que en gran parte ha sido endógeno a la provincia", y agrega que hay un tejido empresarial con "escasas barreras a la entrada y a la salida, donde es fácil el acceso al mercado de trabajo en condiciones irregulares o con escasos costes fiscales".
3 de cada 4 conocían Alicante antes de venir
El profesor Tomás Mazón analizó más de 1.000 encuestas a residentes jubilados de la Unión Europea en Alicante, con un ayuda concedida por la Generalitat. Se eligieron 12 municipios de diferente ubicación, y para un 50,1% la bonanza del clima es el principal motivo por el que recalan en Alicante. "El clima caluroso y seco, combinado con el mar y el paisaje, fueron los factores más importantes que propiciaron su traslado", agrega el sociólgo.
Por problemas de salud, con un clima soleado y temperaturas benignas en el periodo invernal, es un aliciente para un 31,3%. El factor de menor coste de la vida en España en relación con sus países de origen, así como el menor precio de las viviendas, importa a un 21% de los encuestados.
Por último, otra de las principales razones que han servido para tomar la decisión del traslado es que el 73,9% de esta población ya conocía, con anterioridad, la provincia de Alicante por estancias vacacionales previas. Estos europeos juzgan de una forma moderadamente positiva su decisión de haber emigrado; el 66,3% considera que, a pesar de los problemas que les han surgido en sus vidas cotidianas, siguen disfrutando de una mayor calidad de vida, siendo los de nacionalidad alemana los más críticos en este sentido, ya que tan sólo el 52,9% está de acuerdo con esta afirmación.
Asimismo, el 57,7% juzgan negativamente el desarrollo urbanístico que se ha producido después de su llegada. Así lo expresa también el 62,6% de los encuestados que considera que no se debería seguir construyendo - y no solamente por las negativas repercusiones que esta actividad conlleva en la destrucción del paisaje- sino también porque confiensan sentirse agobiados entre tanta construcción.
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